Por su geografía, Latinoamérica es una región con grandes recursos y más de 650 millones de habitantes; pero siempre está en la mira de aquellas potencias que quieren controlarlo todo.
Al no lograr sus objetivos, se emplea la política conocida como “divide y vencerás”. Primero buscan fragmentar la hermandad de las naciones y lo hacen generando tensiones socioeconómicas.
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“Hay fuerzas que compran el discurso colonialista y hay fuerzas como de nuestra propia experiencia que no compramos ese discurso. Hay fuerzas que a veces tienen miedo de defender los intereses de su pueblo y por ese miedo a veces los lleva a adoptar posiciones dudosas”; indicó William Grigsby, director de radio La Primerísima.
“El objetivo principal que tienen es construir una cabeza puente para su política en el continente”; comparte Fabrizio Casari, periodista y escritor italiano.
Divide y conquistarás
“Dividir para conquistar, en este caso, los imperios están enfrentando el desarrollo multicéntrico, multipolar. Entonces la influencia de países como China se presenta como un rival a sus intereses”; observa Stephen Sefton.
Estas tácticas se han impulsado por muchos años. Hay algunos países que se alinean a esta narrativa, en la mayoría de los casos, por miedo y amenazas.
“Por los intereses, porque además son migajas, esos gobiernos son parte de la conspiración mundial para dominar a los pueblos. Tienen un disfraz, un discurso mediatizado y además mentiroso”; subrayó Grigsby.
Activamente, las potencias tienen una agenda política que carece de una estrategia coherente que guíe y mantenga un compromiso, solo ofrecen darles prioridad a sus intereses; opinan los consultados.
“Las oligarquías explotan el deseo de los políticos de derecha, de mantener su estatus y privilegio de clase”; indicó Sefton.
Ejemplos para Latinoamérica
Cuba, Venezuela y Nicaragua han resaltado por el cambio en sus habitantes. Pasando por ampliaciones en sus sistemas públicos de salud y educación sin precedentes, mejores carreteras, más diversificación económica, autonomía, avances en producción agrícola y decisiones propias.
Además, comparten sus modelos y éxitos en todos los ámbitos. Nuestros consultados dicen que a muchos les irrita cómo avanzan los pueblos en Latinoamérica.
“Esa es la línea de los poderosos, ellos no quieren quedar en evidencia. En la medida que los gobiernos revolucionarios tienen éxito, ellos defienden sus propios intereses. Les da vergüenza y parte de esa vergüenza es atacar”; puntualizó el director de La Primerísima.
“Los países independientes de izquierda, muestran que si hay alternativa, el gobierno puede crear programas sociales para ayudar a la gente trabajadora. En ellos todo es privatizado, todo se vende a las grandes potencias, por eso quieren destruir los buenos ejemplos de los modelos económicos alternativos”; comparte el periodista Benjamín Norton.
Latinoamérica, zona de paz
No solo también han atacado con fallidos objetivos a estos países, sino también a mecanismos de integración que buscan el desarrollo común y la declaración de la región como una zona de paz.
“Con claridad, el objetivo común que buscan, es destruir el proyecto del ALBA en el continente”; opinó Casari.
¿Patio trasero o jardín delantero?
“Ellos creen que son dueños, si es jardín es porque es tuyo”; indicó Grigsby.
“Con tantos jardines que tienen, se hubieran dedicado a un trabajo como jardinero, el mundo tendría más paz”; analizó Casari.
“Esas referencias de patio trasero o delantero, son bastante racistas”; reaccionó Sefton.
“Pretenden instalar a través del neocolonialismo a sus títeres”; dijo Norton.
Más viviendas, hospitales, plantas de vacunas, escuelas, bienandanza económica, mejores oportunidades; todos estos proyectos sobresalen en Nicaragua y no se pueden detener.