Momentos de desesperación fue lo que vivieron la familia de la menor de iniciales A M L B quien fue secuestrada en su propia casa en el barrio Marvin Alvarado de la ciudad de Matagalpa la mañana del viernes.
Al pasar de las horas la desesperación se convertía en angustia ya que por ningún lado aparecía la menor; desde el momento de la desaparición la familia recibió el apoyo de las autoridades policiales, familiares, vecinos y conocidos.
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Los momentos de dolor cada vez eran mayores; ya que las noticias falsas creaban engañosas expectativas y al saber la realidad la angustia era mayor.
Eso no impedía que la búsqueda continuará donde junto a las autoridades trabajaban sin descanso.
Las horas pasaban, llegó la tarde y aún no se tenía noticias de la infante; fue ya en horas de la noche que la noticia que todos esperaban llegó. La Policía Nacional informaba a través de la nota de prensa número 234 – 2021 que habían recuperado a la niña.
En la nota de prensa se daba a conocer “Hoy viernes 20 de agosto, a las 6:40 de la tarde, equipo técnico de investigación, localizó y rescató a la niñita de iniciales A.M.L.B en kilómetro 37 carretera panamericana norte, 15 kilómetros al oeste, sector rural, comunidad conocida como Los Charcos”.
Era de esperarse, la noticia causó emoción, lágrimas de felicidad, Abrazos y muchas muestras de alegría por haber encontrado a la niña, todos esperaban ansiosos a la pequeña. La progenitora permaneció en la estación policial esperando la llegada de su hija la que era trasladada de Tipitapa municipio donde fue encontrada hacia su lugar de origen Matagalpa.
Momentos de alegría para la familia
El momento más emocionante llegó; en la estación policial las autoridades le entregaron a la niña a sus padres, los que fundían en abrazos, besos y caricias de padres a hija.
Pero había otro momento maravilloso y era la llegada de la bebita a su casa de donde nunca debió salir; ahí el resto de la familia, abuelos, tatarabuelos, tíos y demás miembros del núcleo familiar también la recibían con todo el amor que un ser humano puede dar.
La progenitora ya en su casa de habitación y con su hija en brazos daba gracias a Dios por regresarle a la pequeña sana y salva.
También expresó su gratitud para con las autoridades y población en general por el acompañamiento en el momento que más lo necesito.
Al mismo tiempo brindó un mensaje a los demás padre de familia; “por favor cuiden a sus hijos, no confiar en nadie ya que muchas veces no se sabe dónde puede estar la persona que te puede causar daños ya que en mi caso la tenía en propia casa”.
Todo parecía una historia de telenovela, pero fue una realidad que vivió una familia matagalpina y que gracias al ser supremo todo terminó en felicidad.
Nota elaborada por: Leopoldo Hernández