Hace 43 años, más de 95 mil personas dejaron sus casas para introducirse en lo más profundo de las montañas de Nicaragua para enseñar a leer y escribir con la Cruzada Nacional de Alfabetización.
Muchos recuerdan esa hazaña como si fuera hoy, llevaban consigo un salbeque, dentro del su ropa y artículos de uso personal, los que fueron compartidos con el dueño de la casa donde se hospedaron. Otros jóvenes solo llevaban sus conocimientos que fue lo crucial para que más de 400 mil personas salieran de la oscurana a la claridad.
Estas experiencias fueron compartidas por estos voluntarios que hoy superan los 65 años de edad con estudiantes que están cursando diversas carreras técnicas en el Instituto Nacional Tecnológico (INATEC).
Hilario Vargas alfabetizó en El Sauce, León, él recuerda que tenía 13 años de edad y que su mamá en aquel entonces le empacó mucha comida pensando que su hijo iba a aguantar hambre.
Memorias de la Alfabetización
«Llevaba mi ropa y otras cositas, en ese entonces aprendí a sembrar la tierra, a ordeñar vacas, a cultivar muchos productos»; expresó Don Hilario Vargas, quien recuerda con alegría la Cruzada Nacional de Alfabetización.
Después de 1990, ha quedado la Asociación de Educadores Populares Carlos Fonseca Amador AEPCFA, como la promotora en seguir alfabetizando a los iletrados, incluso en otras lenguas, sobre todo en el Caribe nicaragüense.
Los jóvenes salieron muy temprano un 23 de marzo de 1980; quienes por seis meses se desplazaron por las montañas, valles, y comunidades a enseñar a leer y escribir a todo el campesinado. La jornada culminó el 23 de agosto del mismo año.
Norgaria Jiménez, es otra de las maestras de Alfabetización que compartió sus experiencias con los futuros profesionales nicaragüenses.
Aprendizaje para toda la vida
«En mi caso yo soy de Managua y tenía 15 años cuando me fui a alfabetizar. Recuerdo que iba con mi ropa y llegué hasta Mulukukú (al norte de Nicaragua), fue una gran experiencia porque allí aprendí a echar tortillas y otras cosas que en la ciudad no se aprende»; expresó esta alfabetizadora.
Recordó que en el año 2019 llegó a Mulukukú a buscar a la familia donde se quedó, pero ya no encontró a nadie. «Solo estaban las casas, los dueños habían muerto, encontré a sus hijos que aún viven en la zona»; expresó muy apesarada.
Así mismo, se conoce que en aquel momento el índice de analfabetismo superaba el 52% y esa era la tarea primordial, logrando en un semestre reducirlo al 12.9% por lo que Nicaragua, recibió la medalla Nadeshda Krúpskaya; por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
La Cruzada Nacional de Alfabetización fue bautizada como la gran epopeya cultural. Aún se recuerda que para esa época la población nicaragüense era de un poco más de 3 millones de habitantes.