En un emotivo homenaje, la Embajada de Nicaragua en Cuba celebró la figura de Rubén Darío, un ícono de la literatura y la independencia cultural latinoamericana, a través de una serie de actividades que destacaron su legado literario, su relación con Cuba y su lucha antimperialista.
NOTA DE PRENSA
DARÍO EN CUBA, CUBA EN DARÍO
En el Teatro Hart de la Biblioteca Nacional José Martí de La Habana, con cantos, poesías, charlas magistrales y exhibición de fotografías y libros, la Embajada de Nicaragua en Cuba, rindió homenaje a Rubén Darío, héroe de la Independencia Cultural y Libertador de nuestra Lengua, a quien el poeta cubano, Roberto Fernández Retamar, llamara “Luz inextinguible y hombre fundamental de nuestras letras”.
Al tributo se unieron Diplomáticos, representantes de la Cancillería, del Parlamento y del Partido Comunista de Cuba, poetas, artistas, miembros de la comunidad nicaragüense residente en Cuba, quienes bajo el lucernario de la Biblioteca, apreciaron la exhibición “Darío Universal” de fotografías y sus libros, mostrando su personalidad única y de luz, que incluyó un ejemplar de la edición especial, No. 42, de 1967, de la Revista Casa de las Américas, dedicada al encuentro “Rubén Darío en Varadero”, realizado por la Casa por el centenario de nacimiento del poeta y 50 de su inmortalidad, que convocó a escritores e intelectuales de nuestra América “Para rendir un homenaje vivo…” según el texto de presentación de dicha edición.
En el conversatorio “Cuba en Darío, Darío en Cuba”, en el Teatro Hart, el Director de la Biblioteca, Omar Valiño Cedré y los poetas, escritores, editores y periodistas, Leonardo Depestre Catony y Elizabeth Díaz González, dedicaron elogiosas palabras al Capitán del Modernismo, al poeta universal, al periodista y cronista de su tiempo, describiendo sus viajes a La Habana, donde fue un Habanero más; su amistad y correspondencia con intelectuales cubanos, sus escritos a la insurrección inde-pendentista de Cuba, su fundamental encuentro, relación afectiva, literaria y coincidencia política, anticolonialista y antimperialista que le unió con Martí, a quien llamó Padre y Maestro, mostrando al Darío que de Cuba decía “país que admiro y que he amado siempre” y su presencia viva, inmortal en la “Isla de las islas, envuelta en aroma de bosques y susurros del mar”, que la Dra. Elizabeth Díaz González, editora de Todos sus Cuentos de la Editorial Arte y Literatura, ilustró con los versos de Nicolás Guillén: «Amé a Rubén Darío / es cierto, / con sus violentas rosas / sobre todas las cosas. / Él fue mi rey, mi sol».
Los acordes compartidos por los Maestros Concertistas Efraín Amador y Doris Oropesa, así como la interpretación de la estudiante Érica Leyva, del Conservatorio de Música Guillermo Tomás, de Guanabacoa, desde la música acercaron el ritmo, magia y melodía interior de los versos darianos de Sonatina y Para una Cubana.
Nuestra Embajadora, compañera Guisell Morales Echaverry, transmitió el abrazo fraternal de nuestro pueblo, de su Presidente, Comandante Daniel Ortega y su Co-Presidenta, Compañera Rosario Murillo. Evocó el legado poético, literario de Darío nuestro, alquimista del verbo, que al unir las voces de nuestra identidad, marcó un cisma en la lengua, un antes y un después, siendo el primero en abrir un nuevo horizonte literario, desde la América nuestra, liberando y renovando todo “el vocabulario, la métrica, la magia peculiar de ciertas palabras la sensibilidad del poeta y de sus lectores…” al decir de Jorge Luis Borge.
Se refirió a la palabra libertaria, descolonizadora y antimperialista y profética, del Darío Nuestro, su profesión de fe en el destino de paz, esperanza, independencia y dignidad de nuestros pueblos, testimoniada en el NO a Roosevelt y nos hereda –como sostiene el escritor uruguayo Ángel Rama– la primera independencia cultural de Hispanoamérica. Concluyó, que el verso vivo de Darío en nosotros, Universal, de la Nicaragua de Sandino, de la Cuba de Martí, denuncia a la “raza de hierro” y convoca a los “países de la Aurora”, a enfrentar juntos la ofensiva del imperialista anglosajón, contra la humanidad, contra la paz, contra la patria indómita de Fidel, contra nuestros pueblo, con el alma y nervio de nuestra América, indígena, mestiza, caribeña, que «vibra, ama y sueña», ofreciéndonos rima contra el chantaje monroista, para gritarle, como en Pax: “puesto que das las flechas y las balas: / ¡abominada seas / por los corrientes siglos y fugaces edades, / porque, a pesar de todo, / tus fuertes potestades / sucumbirán al trueno de oro de las ideas!”