Su madre lo prepara y viste cada mañana, acompañándolo a la escuela. Su alegría y ganas de aprender más cada día son evidentes en el pequeño Alvin Alejandro Ramírez Mora, quien nació en Managua y habita en el Reparto Manuel Fernández.
«Empezó a hablar al añito. Sus palabras más comunes: mamá, papá, agua, comida»; dijo su mamá, Kathy Janeth Mora Maradiaga.
A la edad de dos años, empezó a mostrar una gran habilidad por las letras.
«Nosotros le compramos unos juegos didácticos y él preguntaba: ¿cómo se llama este?, ¿cómo se llama este?, entonces ya luego al pasar del tiempo nos decía: este se llama así«; dijo su papá, Silvio Flores Cuadra.
A diferencia de otros niños de su edad, su pasión y pasatiempo favorito son los libros. Su sed de conocimiento es insaciable. «El año pasado él entró a su primer nivel en el colegio y recuerdo que para mí fue algo gracioso, porque yo lo fui a traer a la escuela y la maestra me dijo: por favor hable con él porque estamos con las vocales y él ya se las sabe y cuando yo apenas voy por la A él ya las dijo todas«; continuó Kathy.
Pequeño genio de Managua
A sus cuatro años, este niño prodigio sorprende a todo su entorno al dominar los alfabetos ruso, griego, español e inglés. «Yo me pongo con él, él me pregunta: ¿cómo se llama esto en ruso?, entonces yo me pongo con el traductor también y me he aprendido con él el alfabeto en ruso»; afirmó Silvio mientras lo cargaba en brazos.
Conocer a Alvin es un verdadero placer. Actualmente, escribe con fluidez estando en el segundo nivel de su educación inicial. «La directora se enorgullece y dice: Alvin es el primer lugar de los tres niveles, y es algo que me hace sentir como pavo real como mamá«; siguió afirmando la mamá de nuestro amiguito.
«Es un orgullo para mí que mi hijo tenga esta bendición y yo siempre lo digo en las redes sociales. Yo sé que ya los tengo aburridos, pero no me voy a cansar de compartir el orgullo más grande que tengo«; dijo Flores.
Sus padres, a pesar de las críticas que reciben por supuestamente exigir demasiado de su hijo a tan corta edad, lo apoyan incondicionalmente. Están convencidos de su potencial y han decidido fomentar su talento desde temprano, creyendo firmemente en su capacidad y dedicación.
Un niño prodigio y su increíble pasión por el conocimiento
«Hay gente que nos dice que lo estamos explotando y no es así. Es algo que él trae y nosotros, como padres, lo aprovechamos»; manifestó Kathy.
«Él sabe esto y, tal vez, él quería decir algo y se equivocaba. Yo le decía: no, vos sabes que es así, entonces decían: ‘lo que pasa es que vos lo forzas mucho'»; argumentó su papá.
Los maestros han quedado maravillados con su capacidad cognitiva, afirmando que tiene la mente de un niño de segundo grado.
«Como madre, hasta donde él vaya, yo voy a ir con él, yo voy detrás de sus pasos. Yo me siento orgullosa en cada reunión cuando a mí me dicen: Alvin es el primer lugar. Muchas personas lo ven por menos, pero como madre para mí es algo significativo«; aseguró la madre de nuestro pequeño amigo.
Con la esperanza de brindarle mayores oportunidades, los padres aspiran a obtener una beca que le permita acceder a recursos educativos avanzados y programas especializados que puedan nutrir su talento.
No dudamos que el talento innato de este peculiar niño lo llevará a abrir puertas con un sinfín de oportunidades, y serán sus padres los que estarán en primera fila cuando él alcance todos sus éxitos.
