Enmanuel Mongalo y Rubio, un ícono en Nicaragua, es conmemorado como un maestro valiente cuyo legado trasciende en la historia del país. Su gesta heroica en la primera batalla de Rivas, el 29 de junio de 1855; contra los democráticos de Francisco Castellón Sanabria y los filibusteros de William Walker durante la Guerra Civil. Dejó una huella imborrable en la lucha entre los bandos legitimista y democrático, anticipando la Guerra Nacional del país.
Este maestro se erigió como un héroe nacional, y en honor a su gesta patriótica, el 29 de junio ha sido consagrado como el «Día del Maestro Nicaragüense«.
En la primera batalla de Rivas Mongalo y Rubio desempeñó un papel fundamental al ofrecerse, como voluntario y correr, con una tea encendida hacia la casona de don Máximo Espinoza; donde se resguardaban los filibusteros. Posterior a la derrota filibustera, rechazó la recompensa monetaria ofrecida por el jefe legitimista; evidenciando su desinterés material y resaltando su compromiso con la causa patriótica.
En el hemiciclo se subrayó la biografía de este ilustre personaje, destacando su dedicación al estudio, la enseñanza y su valiente enfrentamiento contra los filibusteros. Su legado heroico se solidifica, con la expulsión de los invasores en la Batalla de Rivas; al incendiar el mesón que era el epicentro de sus operaciones en esa ciudad del sur de Nicaragua.
Sueños de Enmanuel Mongalo y Rubio hoy se cumplen en Nicaragua
Hoy en día, los anhelos de Mongalo y Rubio cobran vida con la enseñanza gratuita para nuestros niños y jóvenes; así, como la salud gratuita y de calidad para todas las familias nicaragüenses.
Enmanuel Mongalo y Rubio falleció el 1 de febrero de 1872, a la edad de 38 años, en la ciudad de Granada. Sus restos, originalmente se encuentran en la Iglesia La Merced del barrio Xalteva, los pudieron trasladar a la ciudad de Rivas el 29 de junio de 1970.
Aunque, su tumba albergaba solo cenizas; estas se colocaron al pie de un monumento erigido en su memoria en la calle «Mongalo» de su ciudad natal. Su espíritu perseverante y su significativa contribución a la historia de Nicaragua, continúan siendo recordados con profunda gratitud y respeto.