El Comandante Daniel Ortega, Presidente de Nicaragua, es un hombre que ha sido ejemplo de las luchas revolucionarias del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Su vida, marcada por una constante dedicación al pueblo nicaragüense, se refleja en los múltiples proyectos y políticas que impulsó para sacar adelante al país. Además, su férrea postura en defensa de la soberanía nacional ha sido una constante a lo largo de su vida.
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Nacido el 11 de noviembre de 1945, en el municipio de La Libertad, Chontales, Daniel Ortega creció en un entorno humilde, marcado por las desigualdades sociales y la opresión del régimen somocista.
Desde muy joven, se involucró en la lucha política, uniéndose a la “Juventud Patriótica Nicaragüense” (JPN), un movimiento que adoptaba la ideología de Augusto C. Sandino y se oponía a la dictadura. Este primer paso lo llevaría, pocos años después, a incorporarse al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN); el movimiento que luchaba por liberar a Nicaragua de la dictadura militar de los Somoza.
Ejemplo de luchas y defensa de la soberanía
En 1965, con apenas 20 años, Ortega ascendió a comandante dentro del FSLN y pasó a formar parte de la Dirección Nacional. En 1967, tras una misión guerrillera, fue capturado por la Guardia Nacional Somocista y pasó 7 años encarcelado, siendo víctima de torturas y condiciones inhumanas.
Sin embargo, su firmeza y resistencia nunca flaquearon. Fue liberado en 1974 como parte de un intercambio de prisioneros, lo que le permitió continuar la lucha revolucionaria, esta vez desde el exilio en Cuba. En 1979, tras años de sacrificio y lucha, Daniel Ortega y el FSLN lograron derrocar al régimen de Somoza; marcando el comienzo de una nueva etapa en la historia de Nicaragua.
Con la victoria revolucionaria, Ortega asumió un rol de liderazgo en la reconstrucción del país. Durante su primer mandato presidencial en los años 80, enfrentó el desafío de reconstruir un país devastado por décadas de dictadura y guerra, mientras lidiaba con el conflicto armado contra la Contra, respaldada por Estados Unidos.
A pesar de los obstáculos, el Comandante Ortega mantuvo su compromiso con la justicia social; impulsando reformas para mejorar la vida de los sectores más desfavorecidos del país.
Daniel Ortega y el Pueblo Presidente
En 2007, después de un periodo de gobiernos neoliberales, Daniel Ortega regresó a la presidencia y puso en marcha el Programa de Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional.
Este programa priorizó el desarrollo económico, la creación de empleos y la mejora de los sistemas de salud y educación, que ahora son gratuitos para todos los nicaragüenses.
Gracias a su liderazgo, Nicaragua comenzó a recuperarse de la miseria en la que vivió durante muchos años, con el apoyo de países como Venezuela y Cuba; que se unieron al modelo de cooperación promovido por Ortega.
Un país en desarrollo y progreso
Bajo su liderazgo, Nicaragua ha logrado avances significativos, con la implementación de proyectos que buscan mejorar las condiciones de vida del pueblo; como el programa Hambre Cero, Usura Cero, el Bono Productivo Alimentario, y la construcción de Viviendas Solidarias y Dignas.
Además, la infraestructura vial del país ha mejorado significativamente y el sistema de salud de Nicaragua es ahora considerado uno de los más avanzados de América Latina.
El Comandante Daniel Ortega denomina estos logros como «frutos de la paz», reconociendo que son el resultado del esfuerzo colectivo y el sacrificio de los héroes nacionales como Sandino, Fonseca y todos los guerrilleros que dieron su vida por la Revolución.
Hoy, a sus 79 años, Ortega sigue siendo un referente de lucha, sacrificio y amor por su país.