La noche de este 24 de agosto el Movimiento Cultural Leonel Rugama de la Juventud Sandinista rindió un merecido homenaje a Don Pedro Pablo Martínez Téllez, el gran Guadalupano.
La actividad se realizó en la Sala Experimental Pilar Aguirre del Teatro Nacional Rubén Darío.
En nombre de el Coordinador Nacional de la Juventud Sandinista, Milton Ruiz, al Guadalupano le fue entregado un reconocimiento.
El compositor y cantautor nicaragüense se vio muy feliz y agregó sentirse muy agradecido por el reconocimiento al trabajo realizado en todo este recorrido artístico, que ha desempeñado en toda esta lucha; teniendo muy convincente el amor a su patria.
«Y esto es bonito porque pienso yo que los homenajes tienen que ser en vida, ya uno muerto no se da cuenta de nada y por lo menos en vida uno se siente muy feliz»; expresó el Guadalupano.
El «Guadalupano» inspira a los jóvenes en defensa de la patria
En sus palabras Don Pedro elogió el trabajo artístico y cultural de la Juventud que son el relevo generacional.
«Y esperamos que nuestra juventud tome el fusil artístico de la Revolución como lo decíamos antes. Para mí sigue siendo porque la música juega un papel muy importante en concientización a este pueblo que a veces no quiere agarrar el camino que nosotros les indicamos (…); hay que luchar por la patria, defender a la patria, luchar por la economía, por levantar a nuestra gente proletaria»; señaló Don Pedro Pablo Martínez.
Para este homenaje prepararon presentación del Folklore Nicaragüense, también contó con la participación de la tradicional Gigantona y el Enano Cabezón.
Además estos fueron acompañados de coplas, grupos musicales, invitados especiales como Gustavo Leytón, la presentación del Chico Feeling y la compañía de baile artística Anáhuac.
«Hemos preparado este homenaje a nuestro gran Guadalupano, una figura importante en la música. Solo les quiero contar que Pablo surgió como un cantor, realmente del estirpe del pueblo»; señaló el profesor Ramón Rodríguez, Director General del Teatro Nacional Rubén Darío.
«Él era un obrero en los campos de Chinandega. Justamente nos ha legado un gran tesoro musical sobre todo con ese canto de meditación que es parte de la Misa Campesina«; concluyó el Director General del Teatro Nacional Rubén Darío.
