Un soldador, una pulidora y un taladro son suficientes para seguir adelante. Cristofer Blandón, desde su silla de ruedas se las ingenia para realizar reparaciones, mantenimiento y modificaciones en bicicletas, medios auxiliares y toda estructura de hierro posible. Incluso, es uno de los caponeros más conocidos en Ciudad Sandino.
«Yo no le digo no a la vida»; aseguró Cristofer Blandón Rivera; un ejemplo de vida para Nicaragua.
Hace 17 años sufrió un accidente que puso potencialmente su vida en peligro, al precipitarse en un abismo. Después de 18 días, salió de coma y se propuso no darle tregua a su infortunio.
«Los pulmones se me perforaron con la costilla, el cuero cabelludo se me levantó, el estómago, los órganos se me revolvieron. Con la velocidad en la que iba cayendo en el abismo, en eso me dio un paro cardíaco. Quedé conectado a la máquina, respirando 18 días en un coma inducido completamente«; comenta Blandón.
«Desperté y cuando me quise levantar yo ya no pude»; continuó el hombre, quien además agregó que producto de estar en silla de ruedas, unas llagas se alojaron en su espalda, glúteos; produciéndose una osteomielitis crónica (cáncer en la pelvis).
«Me daban 6 meses de vida y pasó ese tiempo, un año y aquí sigo», dijo Cristofer.
Sin miedo al éxito
Contrario a lo que se pueda pensar, el miedo, el pesimismo, la cobardía y la desesperanza nunca se apoderaron de él.
Siempre se esforzó por sonreírle a la vida. Hasta estos últimos años, ha seguido firme en su propósito de plantarle una mejor actitud a cada situación.
«Estaba un programa del Gobierno que implementó, Sandino Dos, era la educación para adulto avanzado. Me gradué de mi quinto año. Terminé mi bachillerato, el 11 de enero ya estaba en universidad”; continuó Blandón.
Con sus estudios y dedicación, llegó hasta convertirse en abogado.
El ingenio resaltó desde la necesidad
Cristofer comparte de que para él era muy difícil poder trasladarse en silla de ruedas, debido a las condiciones que tiene.
Entonces lo que él necesitaba era buscar algún mecanismo para no bajarse de la silla de ruedas, a la hora de abordar algún otro medio, como una caponera; muy común en Ciudad Sandino.
«Implementé rampa, con el ancho completo y poderlo maniobrar a mi forma. He podido desplazarme. He ido donde yo he querido, no he tenido limitantes gracias al Señor. Y Dios me ha protegido en las carreteras y la policía es consciente y ven que es mi medio auxiliar«; señaló Cristofer.
Su medio es su vida, pero también es el medio de transporte para sus clientes.
«Me siento contenta por haber conocido a Cristofer en esta situación, porque él es un gran hombre, más que hombre, porque si los que están buenos de sus pies, buenos de su cabeza, de sus manos, andan pidiendo o andan robando»; dijo Doña Marcia Picado Guido, cliente y amiga de Cristofer.
Christopher, un hombre estudioso
Cristofer Blandón logró graduarse como Licenciado en derecho y en la actualidad lleva a cabo dos maestrías.
«Uno en derecho penal con énfasis en Criminología y una maestría en derecho de familia con énfasis en tratados internacionales y registro catastral»; mencionó.
Desde su medio auxiliar hace carreras como todo un caponero y sus clientes lo llaman a su celular para brindar este servicio.
«Ha demostrado perseverancia en el estudio», dijo su compañera de maestría, Georgina Canales.
«Hoy mi hijo ha demostrado un cambio radical desde el mismo momento que él me dijo voy a prepararme y él lo hizo»; dijo su mamá, Patricia Rivera.
Definitivamente, no hay barreras que se le impongan a Cristofer Blandón y si la hubiese la superaría. Es un ejemplo de vida que lleva a la reflexión a aquellos que se resignan a vivir sin sentido.
«Yo le pedí a Dios volver a caminar, pero Dios no me dejó caminar, me dejó volar. Volar en mis sueños, volar en mis ideas, volar en mi vida, entonces si tienen fe, agárrense de la mano de Dios, que no los va a desamparar nunca«; finalizó.