Es el día 4 de nuestra estancia en China. 25 comunicadores nicas aterrizamos en Beijing el pasado 28 de marzo, invitados a participar en el Seminario para Periodistas de los Medios de Comunicación de Nicaragua.
Hemos asumido, complacidos todos, el compromiso de aprovechar cada momento para alcanzar el objetivo para el cual estaremos en el gigante asiático por espacio de 3 semanas. El objetivo… conocer China, la China real, esa que asoma a la cabeza de todo.
El día 4 es de viaje. Más de 1100 kilómetros hasta Wuhan los haremos en 4 horas y no en avión. El tren bala es uno de los orgullos de China y es un emblema que nos muestra sin ruegos ni alharaca el avance tecnológico de esta nación. Ningún otro país supera a China en cuanto a trenes de alta velocidad se trata.
Veo como se estiran los cuellos para ver por la ventana. Por un segundo pienso, el «Jinchómetro» ha alcanzado un pico escandaloso. Luego caigo en la cuenta que es la natural curiosidad de 25 nicas viajando a 350 kilómetros por hora por el país que en la próxima década está proyectado a convertirse en la principal economía de este planeta.
China, una amistad honesta con Nicaragua
Qué maravilloso saber que son nuestros amigos, de los de verdad, de esos que por ser pequeño no te miran por encima del hombro. De los que tienden la mano sin chantajes ni condiciones.
Estamos en la China que en los últimos 40 años logró sacar de la pobreza a 800 millones de seres humanos. Ser testigos presenciales del milagro chino es un privilegio, pero también una responsabilidad.
Como comunicadores iniciamos el curso ávidos de saber más de su historia, su cultura, sus avances tecnológicos y, sobre todo, de su modelo de desarrollo económico y social.
Un ejemplo a seguir
Estoy seguro de que la inmensa mayoría de nicaragüenses comparten este interés con nosotros. Y es así porque vemos a China como un ejemplo.
Como comunicadores también nos entusiasma estar aquí porque nos une a nuestros colegas chinos una batalla común. Es la batalla por la verdad. Para vencer es vital profundizar nuestros conocimientos, y en este caso particular sobre China.
Su marco de cooperación, amistad y comercio con los países en desarrollo es una esperanza para naciones como la nuestra, que tiene el reto de seguir avanzando en su desarrollo; con el objetivo fundamental de erradicar la pobreza.