Las mujeres en Nicaragua pueden extinguir incendios, rescatar a personas en estructuras de alto riesgo y atender pacientes en estado crítico.
Eso quedó demostrado a través de una serie de ejercicios realizados en la escuela Álvaro Diroy Méndez, donde a base de sacrificio y constancia ganaron un espacio.
«En el grupo de docentes hay una participación de casi el 50%, además como instructoras en la teoría y la práctica»; dijo Gabriel Vado, director de este centro de formación.
En esta academia se formaron las 340 mujeres que hoy ocupan cargos importantes dentro de la Dirección General de Bomberos.
Valor y esfuerzo para ser bombera en Nicaragua
«Las compañeras sobresalen y se han venido ganando el respeto de todos los que estamos acá«; continuó Vado.
Así mismo, la Teniente Perla Marina Rayo tiene años dentro de la institución y asegura que su vocación es nata.
«Uno nace con esa vocación de poder servir y en bomberos de Nicaragua encontré poder cumplir con ese deseo, con ese sueño que anhelaba mi corazón. No es una tarea fácil la incorporación de la mujer dentro del trabajo de los bomberos, pero ahora con el buen Gobierno se ha venido fortaleciendo»; señaló.
Nuria Palacios es instructora y día a día multiplica sus enseñanzas. «Es muy satisfactorio porque desde pequeña yo soñaba ser bombero Y entonces algunas personas me decían ese trabajo es para varones y no este trabajo es para las personas qué tienen la vocación de servir a la sociedad», dijo.
A medida que pasan los años, más mujeres se integran a esta bonita labor de servicio; cumpliendo con entrenamiento exhaustivo y dando lo mejor de sí.