En Nicaragua se destinan más de 2 mil 300 manzanas para el cultivo de chiltomas y más de 3 mil 500 para el tomate. Productores de estas hortalizas conocieron nuevas prácticas de manejo y control de enfermedades fungosas; en una conferencia desarrollada en la sede del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria, INTA.
De manera virtual conectados desde los telecentros, otros productores participaron en el encuentro que persigue garantizar producciones más sanas.
«Dado que ya ha iniciado la temporada lluviosa y con ella vienen en las parcelas productivas la aparición de muchas enfermedades que tienen que ver o están relacionados con el tema de hongos», explicó Blesing López, la especialista de la dirección de transferencia del INTA en Nicaragua.
También dijo; «En tal sentido, INTA pone a disposición de los productores algunas variedades con altas resistencias».
«Nos involucramos con otros productores y venimos a ver experiencias y a llevar experiencias. Hacemos nosotros unos bios refrescantes a base de chile; le echamos hojas olorosas y todo eso lo trituramos en una máquina y lo dejamos reposar y después se lo echamos directo. Matamos la plaga, le damos vida al tomate y hemos visto bastantes resultados«, manifestó Yadira López, propietaria de una finca diversificada en barrio Los López, en Masaya.
Producción de cultivos en Nicaragua
El tomate y la chiltoma son rubros de alta demanda; sus rendimientos en la producción han sido mejorados a través de las transferencias de tecnologías que ha realizado el INTA a productores de distintas zonas del país, especialmente en Sébaco y Jinotega, donde se concentra mayormente la producción de ambos cultivos en Nicaragua.
«En el caso del tomate estamos hablando de un rendimiento por manzana; que va desde los 1 mil 700 a 2 mil cajillas por manzana. En el caso de la chiltoma estamos hablando de 1 mil 500 a 2 mil cajillas por manzana porque estamos hablando de dos rubros que contienen alto contenido de vitamina A; vitamina B1, vitamina B2, vitamina D, calcio, potasio, fósforo, que contribuyen a la seguridad alimentaria de las familias«, agregó López.
«Las cosechas han producido más, ya sabemos cuándo aplicar los productos, cuándo no para no botar la floración; entonces, ya sabemos cómo controlar tanto plagas como para que nos broten más el producto», indicó Janeth Mejía, otra productora originaria de Masaya.
