La admiración, la alegría y la nostalgia fueron algunos de los sentimientos que mantuvieron encendida la llama en el Teatro Nacional Rubén Darío la noche de este martes; pues se llevó a cabo una cantata en honor al natalicio del Comandante Carlos Fonseca Amador. Sentir que unió a decenas de jóvenes y adultos que presenciaron y sintieron con júbilo cada canto entonado.
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«Estamos muy contentos por este trabajo y esta unión con el Movimiento Cultural Leonel Rugama. Todos tenemos un respeto al comandante Carlos por ser ese enlace importante desde la lucha del general Sandino. Hablamos de un hombre de una estatura que requiere ser imitado en todos los proyectos revolucionarios. Esta noche vamos a recordarlo en su nacimiento y lo importante es ir dejando esa huella a las nuevas generaciones; el compromiso que tenemos nosotros con nuestro pueblo, compromiso que el comandante nos heredó»; recalcó el maestro Ramón Rodríguez, director general del Teatro Nacional Rubén Darío.
Un 23 de junio de 1936 nació el padre de la Revolución. En este homenaje aparte de entregarle un excelente repertorio musical, la música se volvió poesía y además en un mensaje para las futuras generaciones y el sentido revolucionario.
Natalicio del comandante Carlos Fonseca Amador
«Esto es un compromiso heredado por el comandante Carlos que nos dejó a nosotros como nueva generación. Debemos seguir este legado a nuestra revolución», dijo Betsy Campos, del movimiento cultural Leonel Rugama.
«Como artista siempre me he sentido identificado con la lucha de los pueblos latinoamericanos por la lucha de su independencia del imperialismo y esta vez debemos preparar a los jóvenes en la línea del canto revolucionario y que continúen con la revolución», relató uno de los cantantes que participaría en la cantata.
La multitud coreó, se puso de pie y sintieron en carne propia, el sentimiento de gratitud a todo lo que significó Carlos Fonseca para la Revolución. Es por eso que la gratitud será eterna, al punto de que Carlos se ha llegado a convertir; en uno de esos muertos que nunca muere; motivo por el cual, hoy más que nunca, comandante Carlos Fonseca, Nicaragua entera te grita, ¡presente!