Atoles con sabor a fe y trabajo: La admirable historia de Don Jean Quiroz

Foto: Jean Quiroz, vendedor de atol y otros productos en Managua / TN8
Foto: Jean Quiroz, vendedor de atol y otros productos en Managua / TN8

Cada mañana, don José Jean Quiroz se sube a su triciclo con una sonrisa y el corazón lleno de ganas. Él es un honrado vendedor de atol y otros alimentos. «Yo trabajaba como trailero para Centroamérica, pero llegó un momento en que la vida me falló y dejé de manejar. Ahora Dios me puso en este negocio», asegura.

Recorre las calles de Managua ofreciendo atoles, manuelitas y arroz con leche, pero su venta trae algo más que sabor: una palabra de bendición para cada persona que se cruza en su camino, incluso para quienes no pueden comprarle.

 

Perdió una pierna, pero nunca las ganas de salir adelante. «Me caí yendo a moler la yuca al molino y me fui dentro de un hoyo. Lloré mis lágrimas porque cortarle la vida parte por parte a uno no es fácil»; continuó.

Lo que hace especial su historia no es solo su trabajo, sino su fuerza. «No tengo las piernas, pero tengo mis brazos, mis manos, mis dedos, para darle vuelta a este chinito con la fuerza que me da mi Dios»; aseguró Jean Quiroz.

Foto: Jean Quiroz, vendedor de atol y otros productos en Managua / TN8
Foto: Jean Quiroz, vendedor de atol y otros productos en Managua / TN8

Una dedicación al trabajo con Don Jean Quiroz

En lugar de rendirse, decidió convertir su esfuerzo en inspiración. Hoy, recorre hasta cuatro barrios al día, demostrando que la voluntad puede más que cualquier obstáculo. «Un señor de avanzada edad me regaló este triciclo, claro, primero se lo puso Dios en el corazón».

Para Don Jean Quiroz, la vida no se trata de lo que falta, sino de lo que aún se puede dar. «Les doy un aliento de voluntad. Usted tiene buenas manos y canillas. Cuando andamos en mal camino, mal acabamos», finalizó este buen hombre, cuyo anhelo más profundo es tener una motito automática.

Foto: Jean Quiroz, vendedor de atol y otros productos en Managua / TN8
Foto: Jean Quiroz, vendedor de atol y otros productos en Managua / TN8

Pero no camina solo en esta travesía. Su esposa, Miriam del Carmen Hernández, con quien comparte más de 30 años de vida; es quien prepara cada uno de sus productos con amor y dedicación. «Pedimos al Señor tomando el control en nuestras manos y poniéndolo en todo lo que hacemos»; dijo su esposa.

Con un corazón lleno de fe y unas manos dispuestas a trabajar, Jean Quiroz sigue adelante, demostrando que las verdaderas ganas de vivir no dependen de las circunstancias; sino del espíritu inquebrantable que llevamos dentro.

Este matrimonio ha construido mucho más que un sustento: han tejido una historia de lucha, amor y esperanza.