En el corazón de San Juan del Sur, Rivas, una pequeña ciudad costera de Nicaragua, se encuentra un pedacito de Francia. Angélique Marylise Dubois y su esposo Jorge Lopes, ambos de origen francés; han encontrado en esta tierra nicaragüense el escenario perfecto para combinar lo mejor de dos mundos: la tradición quesera de su país natal y la riqueza de los productos locales.
La pareja llegó a Nicaragua con un sueño claro: compartir el sabor y la calidad del auténtico queso francés, pero elaborado con los recursos frescos y naturales que ofrece el país. Así nació su emprendimiento; que hoy en día es reconocido por la elaboración artesanal de 23 tipos de quesos, todos hechos con leche nicaragüense.
Cada queso producido por Angélique y Jorge es una muestra de dedicación y respeto por la tradición quesera francesa, adaptada a las condiciones y recursos de Nicaragua. Desde suaves y cremosos hasta los más intensos y maduros; su gama de quesos ha conquistado los paladares de locales y extranjeros por igual, convirtiéndose en un símbolo de la fusión cultural entre Francia y Nicaragua.
Fusión cultural entre Francia y Nicaragua
El éxito de su emprendimiento no solo radica en la calidad de sus productos, sino también en la filosofía que Angélique y Jorge han mantenido desde el inicio: crear un puente entre su cultura de origen y su país de adopción; contribuyendo al desarrollo local y promoviendo un producto sostenible y de alta calidad.
Hoy, el emprendimiento de Angélique y Jorge no solo es un referente en San Juan del Sur, sino también sueñan con expandir su queso a otros departamentos de Nicaragua; donde cada bocado de sus quesos transporta a quienes los prueban a las campiñas francesas, aunque estén en el corazón de América Central.