El municipio de El Viejo, departamento de Chinandega a 140 kilómetros al occidente de Managua, recibió a miles de católicos que llegaron a venerar a la Virgen de Trono, la virgen María en la popular Lavada de la Plata que se celebra cada 06 de diciembre .
Esta es una tradición que surgió en el siglo XVI, donde estos fieles devotos llevan prendas dedicadas a la madre de Dios.
A esta Lavada de la Plata, asisten católicos de todo el país, incluso de otras naciones que con fe, se movilizan a Nicaragua a pedir favores a la virgen María.
En este 2019, asistió por por primera vez monseñor René Sándigo, obispo de León y el Cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua.
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Monseñor René Sandigo, recibió a los asistentes con un saludo fraterno, reconociendo la lejanía de donde proceden los devotos y los instó a seguir con la fe con mucha devoción.
Sándigo contó que previo a esta celebración eucarística, 40 lanchas participaron de la purísima acuática en El Realejo, Chinandega, donde la imagen fue desembarcada procedente de Perú.
"La virgen María trajo la paz, la virgen María está con todos los nicaraguenses y cuida de aquellos que están en otras naciones", mencionó Sándigo.
"Hoy nos va a dar la paz, nosotros asumimos la responsabilidad de estar abiertos a la limpieza de nuestros corazones, a la purificación de nuestros corazones", destacó el jerarca de la iglesia católica.
Pidió cuidar la lengua que habla mal del prójimo "que jamás nuestra lengua hable mal del prójimo, que jamás la mirada atemorice al prójimo, limpiemos nuestros corazones, llenémonos de amor", dijo.
Sobre estas fiestas marianas pidió a quienes la celebran, que aflore la generosidad del pueblo que comparte lo que tiene.
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"Amar a María, no es idolatría", coreaban los feligreses quienes colmaron el templo sagrado, ante el llamado que hacía el sacerdote de la iglesia, saliendo al paso así a las críticas que se le hace a la religión por adorar a ídolos.
Culminando la misa, los fieles católicos comenzaron con la Lavada de la Plata, en las afueras del templo, demostrando su amor a la Virgen del Trono, la virgen María, la madre de nuestro señor Jesucristo.
Según los historiadores, esta celebración se hace en ese pequeño pueblo desde hace 455 años con mucha tradición y fervor.
