Este 25 de septiembre estaría cumpliendo 89 años de edad, el padre Theo Klomber, un sacerdote de origen holandés, quien llegó en los años 80 de Chile huyendo de la dictadura de Pinochet y desde entonces se enamoró de Nicaragua y su Revolución. Quienes lo conocieron lo recuerdan con mucho cariño y admiración.
“A nosotros nos daba mensajes de fe, de esperanza y de amor. A esta revolución él la amó como que era nicaragüense, que tal vez ni los mismos nicaragüenses la amaron tanto como la amó él”, dijo la señora Yelba Reyes, habitante del barrio Edmundo Matamoros.
Fue en una vivienda de la Colonia 14 de Septiembre donde por más de 30 años vivió de forma modesta el religioso de la orden de la Sagrada Familia, emblemático símbolo de la Teología de la Liberación.
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“Yo tuve un privilegio enorme de haber tenido ese santo aquí. Digo yo que si todos los que son curas, los que son sacerdotes, fueran como fue Theo, otra iglesia tendríamos”, expresó la señora Anita Jarquín.
Para ganarse la amistad de las familias y tener un modesto ingreso, ofrecía a los habitantes de la zona el periódico Barricada.
“Él se casó para toda la vida con la Revolución y ese amor a las madres de los héroes y mártires era incondicional; ese era un amor con Theo y él con ellas, por eso ese legado de él es esa fidelidad, esa terquedad, que los que estamos no damos pie atrás y mas que todo por él”, recordó doña Anita.
Legado del Padre Theo
Para quienes lo conocieron, el Padre Theo fue un verdadero imitador de las enseñanzas de Jesús porque predicó con el ejemplo.
“Él se manifestaba ayudando, solidarizándose con el que no tenía, ayudando a los mas pobres, trabajando en los barrios y trabajando por la Revolución que era lo que él más quería”, comentó Rosa Julia Esquivel, habitante de la Colonia Nicarao.
El Padre Theo fue muy cercano a las comunidades eclesiales de base, entre quienes promovió un legado de unidad y amor por el Evangelio.
“El legado que nos dejó el Padre Theo es la unidad, es el servicio, es el mantener a como de lugar esta Revolución, trabajar por ella. Decía que: no se dejen arrebatar este tesoro que Dios les ha regalado”, puntualizó la señora Esquivel.
En marzo de 2013 el Padre Theo pasó a otro plano de vida y sus restos descansan en el cementerio periférico junto a los héroes y mártires de San José de las Mulas.
