Mathew Meltzer es un escritor que trabaja para Matador Network, un sitio web sobre viajes y turismo, quien cuenta cómo haciendo un paseo por Rancho Santana, en Nicaragua, ha visto cómo el turismo poco a poco retoma su camino luego de la violencia desatada en 2018.
Expresa cómo siente añoranza de ver algunos negocios que no gozan de la misma cantidad de visitantes de antes, cuando el turismo en el país ascendía como la espuma y la inversión extranjera estaba en su apogeo. Aún así, siente esperanza de ver cómo las cosas poco a poco vuelven al ritmo anterior.
Hace remembranza de "una época dorada, aunque corta y vibrante, del turismo nicaragüense que alcanzó su punto máximo durante 2017 y principios de 2018. Por un breve momento, lugares como estos prosperaron. y Nicaragua fue la atracción turística del hemisferio occidental".
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"Fue fácil comprender por qué la gente se enamoró del país mientras montaba esta impresionante playa en el departamento de Rivas. Las olas del Pacífico en cascada se estrellaron contra la costa dorada cuando majestuosas montañas tropicales reflejaban la última luz de la noche", continúa el autor de la nota.
Así mismo comenta como entrevistó a diferentes propietarios de locales y cómo los sorprendió toda lo ocurrido en 2018, lo que mermó enormemente la cantidad de turistas que visitaban, al punto que algunos pequeños negocios, así como algunos más grandes, tuvieron que cerrar porque no podían costear operaciones.
Aviso de Viaje
Lo que también señala Meltzer es cómo Nicaragua se vio afectado en turismo por el "Aviso de Viaje de Nivel 3", este se refiere a la advertencia de algunos países para sus ciudadanos al momento de viajar. Con ese tipo de aviso se pone al país como que está en una situación crítica, lo cual no tiene nada que ver con la realidad.
Continúa luego con detalles positivos del nivel de turismo que venía creciendo, lo que generaba grandes utilidades para los propietarios de negocios turísticos. "La última temporada alta entre noviembre y abril (antes de la violencia) fue espectacular", dice Hans Pfister, CEO de la Colección Cayuga, que supervisa hoteles en Nicaragua y Costa Rica.
Hubo lugares que pasaron literalmente de no tener espacio para alojar a tener esperanzas de llenar algunas cuantas camas.
"Lo que tenemos ahora es un país perfectamente seguro para el turismo. No hay obstáculos, no hay nada diferente a lo que era antes si eres un turista", explica el autor.
Seguridad y tranquilidad
Mientras platica con otros dueños de negocios, uno de éstos le dice que lo que se ve es un lugar seguro y con gente con ganas de trabajar. "Es frustrante para mí abrir el sitio de la embajada de los EE. UU. Y ver Nivel 3, reconsiderar los viajes. Es como… '¿Por qué estás haciendo eso?' Ha estado tan estable por tanto tiempo, y continuar asustando a la gente de esa manera no ayuda a nadie".
"Goteo es la palabra clave. Y mientras persistan los avisos de viaje y la cobertura de los medios exagerados, será un camino difícil para Nicaragua y las personas que dependen del turismo", sigue el autor, pero con la vista de esperanza de que el camino está volviendo a abrirse para recuperar lo que tanto costó alcanzar.