El viernes 19 de julio, decenas de miles de nicaragüenses se reunirán en Managua para celebrar los 40 años desde el derrocamiento de la dictadura de 43 años de Somoza por una amplia coalición de fuerzas liderada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Fue un evento histórico definitivo no sólo para América Latina y el Caribe sino también a nivel mundial.
Inspirada por la Revolución de Cuba veinte años antes, la victoria erosionó el dominio de los Estados Unidos sobre la región y realizó el sueño del héroe nicaragüense, Augusto César Sandino, un símbolo de resistencia a la dominación de los Estados Unidos.
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Nicaragua se convirtió en un faro de esperanza regional e internacional. En América Latina, la Revolución Sandinista representó el cumplimiento de los sueños que habían sido brutalmente destruidos en un golpe de Estado respaldado por la CIA en Chile seis años antes.
Para los Estados Unidos, las profundas transformaciones políticas, sociales y económicas del gobierno sandinista "constituían una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad y la política exterior de los EE. UU.", presidente Ronald Reagan en 1985. Su administración se propuso destruir a la Revolución Sandinista desatando todo menos una invasión directa; por reprensibles que fueran para ellos los medios justifican los fines.
Cientos de miles de personas en todo el mundo participaron en un movimiento mundial para apoyar la Revolución Sandinista y para condenar la agresión de los Estados Unidos: el NSC, creado en 1978, fue uno de esos grupos.
Al cumplir 40 años, NSC ha publicado un número especial de Nicaragua Now que cuenta la historia de las decenas de miles de personas en el Reino Unido, particularmente en el movimiento laboral, que han contribuido a mantener la solidaridad a través de cuatro décadas de cambios políticos profundos en Nicaragua, el Reino Unido y globalmente.
La publicación está dedicada a los pueblos y organizaciones nicaragüenses con los que hemos trabajado, y su compromiso, a pesar de las enormes dificultades, de construir una sociedad basada en la justicia social y económica, libre de interferencias externas.
Al igual que en la década de 1980, Nicaragua se encuentra nuevamente atrapada en las corrientes cruzadas de un mundo polarizado.
En un momento en que un presidente y una administración beligerante e inestable de Estados Unidos amenazan con una guerra en países de todo el mundo, cuando los beneficios sociales y económicos de los movimientos progresistas en América Latina se ven amenazados por el resurgimiento del neoliberalismo, nuestra solidaridad con los sindicatos nicaragüenses, las cooperativas y las organizaciones que conforman la economía social siguen siendo críticas.
Articulo tomado de: www.nicaraguacs.org.uk
