Hace un año falleció el Prócer Nacional, Cardenal Miguel Obando, cuyo legado de paz y reconciliación sigue vigente e inspira el trabajo de los nuevos tiempos en Nicaragua.
El 3 de junio de 2018, pasó a otro plano de vida el tercer arzobispo en la historia de Managua y primer Cardenal de Nicaragua y Centroamérica. Por su vida dedicada a Dios y al prójimo, en el 2016 fue reconocido en vida como Prócer Nacional de la Paz y Reconciliación.
“Hablar de Su Eminencia es saber en que momento empezar y no saber cuando terminar. Hay tanto que hablar de él, pero concretamente en el asunto de la Reconciliación y la Paz, podemos decir que Su Eminencia hizo su labor en la historia eclesial, en la historia patria”, dijo el jurista y amigo del Cardenal Miguel, Felipe Sánchez.
El Cardenal Miguel Obando, como líder de la iglesia católica, fue reconocido como defensor de los derechos humanos, pues en tiempos de la lucha contra la dictadura somocista participó como mediador e impulsador de diálogo, dando el ejemplo.
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“En muchas ocasiones ese ejemplo casi le costó la vida porque estuvo en intercambio muchas veces de tiros, de balazos, de amenazas de muerte, de situaciones difíciles en aquel momento, pero él siempre decía que confiaba en la misericordia y en la protección divina”, expresó monseñor Eddy Montenegro.
Tras el triunfo de la Revolución, también fue mediador entre el Gobierno de Nicaragua y la Resistencia Nicaragüense para obtener la Paz, por lo que fue reconocido como un gran pacificador.
“Allá en Matagalpa, por ejemplo, él siempre andaba mediando. No andaba ni a favor ni en contra de ningún grupo, ni animando a ningún grupo, él siempre andaba buscando cómo salvar vidas, eso es lo que le interesaba a él”, comentó Sánchez.
En sus últimos años de vida estuvo al frente de la Comisión de Reconciliación, Paz y Justicia, siendo testigo de programas que mejoraron la vida de miles de familias.
“Siempre fue un honor para el Señor Cardenal siempre contribuir a los procesos de paz y en beneficio de los más necesitados. Cuando fue llamado por el Señor Presidente a presidir nuevamente este trabajo, él pidió la autorización y el Santo Padre le dio el visto bueno. Desde la Comisión él siempre aportó para cumplirle a los más necesitados desde los planes de Gobierno”, destacó Rigoberto Rayo, miembro de la Comisión de Verificación, Reconciliación, Paz y Justicia.
A lo largo de su vida ha sido merecedor de diversos reconocimientos otorgados por países, organizaciones, universidades y condecoraciones diplomáticas. Pero sus colaboradores de la Universidad Católica, de la cual es fundador, lo recuerdan más por su humildad, respeto y amor por la paz.
“En todo momento él siempre hizo énfasis en esas palabras de que hay que buscar la paz y que todos los esfuerzos que se hicieron por garantizar la paz en Nicaragua se deben seguir manteniendo a través de la historia”, recordó una de las colaboradoras de la UNICA, Jessica Rodríguez.
Por su vida, trabajo, ministerio y ejemplo sin duda es una de las figuras religiosas y políticas más influyentes en la historia del país.
“Hizo gala a su lema: Me hice todo para todos; y no hay duda pues que inspirado en la formación salesiana en su vocación, digamos, a tratar de unir en vez de dividir, hizo todo un trabajo a favor de la paz y la reconciliación”, puntualizó Monsenor Bismarck Carballo.
A un año de su partida, Nicaragua recuerda como su mayor ejemplo y legado su vida, caracterizada por transmitir el amor a Dios y el saber perdonar, es decir, predicando y promoviendo la paz y reconciliación.