A un año de su desaparición, la esperanza por encontrar a Bismarck Martínez no se desvanece. “Siempre está con nosotros y Bismarck sabe que lo queremos y lo amamos”, dice Mirlen Méndez, su esposa.
Bismarck sembró en su familia incontables virtudes. “Hacía bastante ejercicio, salía a caminar, le gustaba mucho el béisbol, era una familia muy unida”.
Forjó esperanzas y valores admirables. “En cada aniversario, en cada fecha especial, a él le gustaba celebrarlo”, sostiene Mirlen Martínez, su hija.
Salió de su casa y se encomendó a Dios y a la Virgen. Bismarck se dirigía a ver a sus familiares y al pasar por el tranque en carretera Jinotepe – Carazo, los criminales lo obligaron a bajarse de su vehículo, ahí comenzó su calvario, hasta hoy nadie sabe de su paradero.
“Él iba solo, su misión era visitar nuestra familia, dicen ellos que era paramilitar, aquí ante un Dios que no llevaba ninguna misión de ir a matar”, declaró su esposa.
En varios videos se escucha mencionar a los presuntos responsables de la desaparición de Bismarck. Se identificaron a Rodolfo Rojas, alias "Fito", Ronald Fernando Avilés, alias "Conejo" y a Roberto Álvarez, alias "El Poch".
Para deslindarlos un medio de comunicación opositor los presentó como exiliados, pero lo cierto es que en los videos se escucha cómo se coordinan y se comparan rasgos físicos como tatuajes.
“Cuando yo hablo con él, me dice que tienen un problemita, asustado. Se cortó la llamada y ya presentíamos el peligro que estaba viviendo, inhumanamente actuaron”, reveló la esposa de Bismarck.
“Es inexplicable, el dolor, la tortura y cuando lo acusan de algo que no es cierto”, sostiene su hija.
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A casi un año, sus familiares mantienen la esperanza. “Nosotros pedimos y rogamos al corazón y a la mente de esas personas que saben dónde lo dejaron, que nos lo digan, que lo ven como un aspecto humano”, dijo su esposa.
Divulgaron cruelmente su tortura en las redes, sin importarles el daño psicológico a sus familiares, en uno de los videos se escucha quiénes son los verdugos del cruel ataque.
“Para nosotros el tiempo no ha pasado, nuestro padre celestial tiene que llenarnos de esa fortaleza, porque no lo hemos podido olvidar, nosotros tenemos esperanza, que vamos a compartir, que va a venir”, sostiene Mirlen.
En todo el país en esos meses oscuros se levantaron tranques de la muerte que aterrorizaron a más de un centenar, asfixiaron la tranquilidad y se vulneraron los derechos del libre tránsito.
“Me tomaron, me secuestraron, me golpearon, me trasladaron a un lugar, ellos me maltrataron”, dijo Leonardo Cortés.
“Ya un año que me secuestraron y me torturaron en el tranque cerca del hospital regional Santiago”, recuerda Lester Martínez.
Los sobrevivientes de los tranques de Carazo dan un relato escalofriante.
“Había todo tipo de avituallamientos”, dijo Omar González.
El denominador común, esos organismos que dicen velar por los derechos humanos, no los escucharon y ni siquiera les dieron seguimiento. Las víctimas no se explican como la CIDH presentó un informe lleno de cinismo y que no refleja la pesadilla que vivieron.
Más de tres mil tranques se levantaron en todo el país, esas historias conmovedoras a cualquiera le quitan el aliento.
Ahora hay una firme convicción para volver a la Nicaragua del progreso y la familia de Bismarck junto a todas las víctimas de tortura vaticinan que la paz se instaurará y pese al horror que desataron grupos violentos hace un año, el pueblo se alzó con la victoria.
“Sí él daría su vida, la daría nuevamente para que nuestro país vuelva a la normalidad, no vuelvan a ver más crímenes, sufrimiento, muerte, destrucción y sobre todo yo hago énfasis en la destrucción de la familia, porque en el aspecto económico, nuestro Gobierno tiene la capacidad, todos los nicaragüenses tenemos desde el más grande al más chiquito para que este pueblo se levante, pero el amor y la familia, no tiene precio”, finalizó Méndez.
