Las mujeres alineadas a las Fuerzas del Ejército de Nicaragua también han demostrado que la determinación femenina no tiene límites y que la capacidad para desempeñar roles que demandan mayor dedicación y determinación es incalculable, notable en su trabajo diario para proteger la Soberanía del país y su servicio a la población.
"Estamos capacitadas para desempeñar el trabajo como militar, para rendir cualquiera de nuestros compañeros varones. Estamos preparadas para cumplir cualquier tipo de misión que el mando nos designe", manifestó la capitana Glenda Martínez, piloto mayor de la Fuerza Aérea, quien tiene 10 años de servicio.
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Pese a lo complejo de sus funciones, pueden desempeñar otros roles importantes en la vida civil, aunque sean servidores de la patria de tiempo completo y estén en sus horas libres dispuestas al llamado.
"Se tiene que medir el tiempo para estar con la familia, para estar en el trabajo continuar en la lucha y defender la patria", aseguró la mayor de las fuerzas armadas Élida Contreras.
"Ese poco tiempo trato que sea de calidad, dedicarles toda mi atención, mi amor, mi apoyo", expresó la teniente primero de la Fuerza Aérea, Salvadora López.
Con firmeza deciden iniciar una carrera admirable, llena de retos y sacrificios que al final las convierten en seres extraordinarios, con un mismo propósito.
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"Con el pueblo de Nicaragua, siempre brindarle seguridad, que las familias estén tranquilas, apoyarlos en las actividades que requiera a la Fuerza Naval y a las secciones de lanchas rápidas ante desastres naturales, pesca ilegal en la zona de Golfo de Fonseca", expuso la teniente de corbeta Shilly Borck, originaria de Puerto Cabezas.
La grandeza del espíritu de la mujer nicaragüense la ha hecho merecedora de todos los reconocimientos, desde los distintos espacios conquistados vela y empuja el progreso de Nicaragua.
