Actores comunitarios que ejercen acción en las áreas protegidas del país participaron en un encuentro realizado por el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales, MARENA, para profundizar en temas como el buen manejo de los recursos y la biodiversidad.
Nicaragua cuenta con 72 áreas protegidas, algunas de ellas están bajo administración institucional, otras son comanejadas por el MARENA en conjunto con algunas universidades, alcaldías o cooperativas, en otros casos se administran bajo el modelo colaborativo entre el Ministerio y las comunidades organizadas para fortalecer el trabajo.
"Nos reunimos con cada uno de estos actores para analizar, reflexionar cómo hemos avanzado y cómo podemos proyectarnos para fortalecer el manejo de nuestras áreas protegidas que sabemos que están contribuyendo de manera significativa a el resguardo a albergar nuestra biodiversidad, una biodiversidad representada por 20,485 especies y que está contribuyendo al desarrollo económico", explicó Marlon Alfaro, de la Dirección de Áreas protegidas del MARENA.
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Alfaro enfatizó que según datos del Banco Central de Nicaragua, el 30% del Producto Interno Bruto se atribuye a los sectores que hacen uso de la biodiversidad, por lo cual se trabaja bajo el modelo de responsabilidad compartida para su preservación y aprovechamiento.
"Desde la responsabilidad del MARENA, desde la gestión de nuestro Gobierno, estamos preocupados y asumiendo ese compromiso para trabajar con las comunidades y mejorar la gestión de las áreas protegidas", agregó Alfaro.
"En las comunidades era frecuente la cacería y lo miraban como una actividad normal y cuando comenzó la Ley 217, la Ley de No Extracción de los Recursos Naturales comenzamos a tener dificultades, pero lo que nos ayudó a nosotros fue la parte de sensibilización en las comunidades", expresó Danilo Pasos, de la cooperativa Juan Rodríguez, que es la encargada de manejar la reserva natural El Chocoyero- El Brujo.
Las experiencias que pudieron compartir los comunitarios abrieron un nuevo abanico de ideas para seguir conservando los recursos de las áreas protegidas que también representan una fuente de ingresos para las familias.