Con una solemne misa de mediodía la juventud y la alcaldia municipal de Managua se unió a la celebración de canonización de Monseñor Romero, sacerdote salvadoreño que amó a su pueblo y se mantuvo fiel a sus ideales cristianos.
"Se ha programado la canonización que significa que declara el Papa a través de un acto infalible que un Santo, un obispo, un laico, un sacerdote, una persona puede ser venerada por el pueblo de Dios, es decir, es ejemplo a seguir de vida cristiana y que ya está en el cielo. Le damos gracias al Señor porque es el primer centroaméricano que ya goza de este privilegio de El Vaticano", destacó el padre José Ramón Alemán.
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"Un modelo de fe cristiana que fue declarado por la iglesia Mártir que derramó su sangre un 24 de marzo de 1980, dando testimonio de su amor al evangelio, a Cristo, a la iglesia, a los pobres y a su pueblo", reiteró Alemán.
En la Eucaristía estuvieron presentes representantes de la embajada de El Salvador.
Fidel Argueta Venites señaló que San Romero es un patrimonio de la humanidad que trasciende la fronteras de El Salvador. "Nos sentimos bastante regocijados por el hecho que el pueblo de Nicaragua esté celebrando junto con nosotros este acontecimiento muy grandioso en que hoy en día contamos con un santo", exclamó.
"Es un legado completo al legado de Monseñor Romero de la solidaridad, al legado del amor centroamericano, de fraternidad y humildad que todos debemos tener nosotros como jóvenes, en nuestro actuar. Igual, vemos en nuestro modelo de Gobierno, de reconciliación nacional", comparte David Ortíz de la juventud.
Durante la homilía el Padre, instó a los presentes a hacer el bien por una mejor sociedad, evitando la violencia y siendo personas activas en el cambio, para así vivir en un ambiente de paz y solidaridad donde todos podamos convivir.
