Este domingo se realizaron los funerales del poeta Julio Cabrales tras un pequeño, pero sentido y sincero homenaje. El féretro partió a su última morada acompañado por familiares, amigos y poetas.
Antes de depositar sus restos, poetas amigos dedicaron versos a quien fue desde niño precoz y prodigioso.
“Ya se fue
se deshizo de su cuerpo
ese que le impedía el viaje.
Hoy goza en las praderas
y se audita
en el Espectro de la Rosa”, es el fragmento de un poema dedicado a Cabrales por el poeta Norvin Sánchez.
Aunque la comunidad poética del país está de luto, reconforta saber que Cabrales deja un legado inmenso que lo mantendrá vivo en el universo de las letras nicaragüenses.
“Nos deja un gran legado y esperaría que la siguiente parte de la sociedad sea estudiar la obra de este magnifico poeta”, valoró el poeta Harry Tejada.
“Porque su brillantez verbal, posicionada en su poesía, trascendió en el ámbito de la literatura. Su obra es de trascendencia enorme y es motivo de celebración porque queda en la memoria histórica de la literatura nicaragüense”, dijo el poeta Emilio Zambrana, director del departamento de literatura del Instituto Nicaragüense de Cultura, INC.
Su familia agradeció el apoyo recibido en los últimos días al autor de poemas emblemáticos como “El Espectro de la Rosa”, “Carta a mi Madre” y “Esbozo Joven”.
“El Instituto (de Cultura) fue como el administrador y estuvo pendiente del estado de salud de él hasta el último momento. La Asamblea Nacional aprobó una pensión que se le había dado”, destacó Bertha Inés Cabrales, prima del poeta.
Los restos de Cabrales reposan en el cementerio general de Mangua, junto a los de una tía muy querida por el poeta.