The Washington Post reconoce solidez de Nicaragua ante Acuerdo de París

Con un artículo titulado “Don’t compare Trump’s Paris decision to Nicaragua’s; they’ve embraced renewable energy” (No comparen la decisión de Trump sobre París con la posición de Nicaragua; ellos han logrado implementar la energía renovable), firmado por Peter Holley; The Washington Post ha reconocido la solidez de la tierra de lagos y volcanes en cuanto a su rechazo al Acuerdo de París.

El año pasado, Nicaragua manifestó la vulnerabilidad de Centroamérica frente al cambio climático y reiteró la obligatoriedad de indemnización por la parte de los países desarrollados a los países que están sufriendo pérdidas y daños ocasionados por el cambio climático.

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La posición de Nicaragua fue dada a conocer ante la COP21, que se realizó en diciembre de 2015 en París; en la que se recordó que el presidente Daniel Ortega Saavedra en su mensaje a la Asamblea General de las Naciones Unidas del 01 de octubre de 2015, propuso la indemnización de los países que sufren los efectos del cambio climático sin haberlos causado por los países que han causado el fenómeno de forma proporcional a sus responsabilidades históricas.

Por ello, Nicaragua no firmó, una decisión tomada también por Siria

Actualmente, es el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que quiere sumarse a estas acciones, al anunciar que en los próximos días tomará una decisión sobre si retirar a su país de ese acuerdo o no.

Sin embargo, el análisis de The Washington Post, demerita esa intención, indicando que no se trata de un aporte para hacer de ese acuerdo un instrumento válido para el mundo. 

El artículo cita: “El problema con la comparación, y la condescendencia implícita que contiene sobre un mundo desarrollado, es la notoria ausencia de contexto”.

Mientras Trump “preocupa” a algunas voces internacionales con esa “amenaza” de retirarse del Acuerdo, “the Central American nation of 6 million is en route to becoming a “green energy powerhouse” (la nación centroamericana de 6 millones de habitantes está en vías de transformarse en un nicho de la energía renovable).

“Bendecida por 19 volcanes, fuertes vientos y mucha agua, Nicaragua, durante más de una década, ha ido transformando gradualmente su economía para tratar de reducir la dependencia del país del petróleo extranjero, informó National Public Radio. Que la dependencia significaba que las fluctuaciones del mercado llevaron a los apagones de 12 horas que paralizaron el país y llevado a la economía a un bache”; ilustra el artículo.

El mismo indica que Nicaragua ha fundamentado de manera concreta su NEGATIVA a respaldar el Acuerdo de París

El análisis retoma informes del Banco Mundial. “En 2015, las energías renovables generaban cerca de la mitad de la energía de Nicaragua, pero el gobierno asegura que ese número alcanzará el 90 por ciento en 2020. Las energías renovables constituyen solo el 13 % de la generación en Estados Unidos”.

Durante su campaña electoral, el empresario y ahora Presidente criticó severamente el Acuerdo de París y hasta llegó a calificar al cambio climático como un “invento” de los chinos. Lo que se podría prever es que su decisión se base en nuevas estrategias para controlar lo que en las cumbres de las naciones potencia se decida para influir sobre los países que expresan posiciones críticas, como Nicaragua.

De retirarse Estados Unidos, se removería al segundo más grande emisor de casi el 18% de emisiones de gases del mundo, “representando un gran reto para la estructura del Acuerdo y generando más preguntas acerca de los débiles compromisos de otras naciones”; sostiene el artículo.

La pieza periodística incluye tuits de personalidades como D Wasserman Schultz: “Siria y Nicaragua son las únicas naciones que no firmaron el Acuerdo de París. Nicaragua dijo que no era los suficientemente estricto. ¿Cuál será la excusa de Trump?”

En conclusión, la posición de Nicaragua tiene argumentos de peso, y la de Trump crea suspicacias.

Un reporte anual del Instituto Nicaragüense de Energía INE, expone que la generación de Nicaragua creció en un 11.4 % en 2016. Las plantas que generan energía limpia contribuyeron con el 52.8 %, y el resto fue suplido con combustibles fósiles.