El Arzobispo Emérito de Managua, Cardenal Miguel Obando y Bravo, envió un mensaje a las familias del país a propósito del inicio del tiempo de la Cuaresma, que marca el camino de reflexión que el pueblo cristiano emprende para conmemorar la Semana Santa.
Su Eminencia explicó que con la imposición de la ceniza da inicio la cuaresma, tiempo litúrgico en el cual la Santa Iglesia insta al ayuno, la limosna y la oración.
“Son cuarenta días en que hacemos un memorial de la vida y pasión de Cristo quien se entregó por amor a todos nosotros. Invitamos a todas las familias nicaragüenses a vivir a plenitud este tiempo de conversión y recogimiento cristiano”, dijo el primer nicaragüense consagrado como príncipe de la Iglesia Católica.
El Cardenal Miguel Obando y Bravo aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje de cara a la prevención de los accidentes de tránsito.
“Hay que reflexionar sobre el amor a la vida y la responsabilidad, el respeto y la prudencia que debe guiar nuestras acciones como buenos hijos de Dios. Respetemos las señales de tránsito y atendamos en todo momento las recomendaciones de la Policía Nacional: preservar la integridad y la vida es una responsabilidad de todos”, fue su exhortación.
Por ultimo su Eminencia saludó a los periodistas, por celebrarse este 1 de marzo su día nacional.
“Que Dios Nuestro Señor bendiga a los hombres de prensa que juegan un papel importante, que sigan trabajando con ese entusiasmo que les caracteriza”, puntualizó el Prócer Nacional de la Paz y Reconciliación.
Cuaresma en la UNICA
El Cardenal Miguel celebró junto a la comunidad educativa de la Universidad Católica una misa de miércoles de ceniza.
La santa Eucaristía fue presidida por Su Eminencia y concelebrada por Monseñor Eddy Montenegro, quien dirigió la homilía en este día que inicia el periodo de cuaresma.
Monseñor Eddy dijo que en este tiempo de cuaresma es para reconciliarnos y perdonar, pues al no hacerlo es uno mismo el que se hace daño.
La ceniza que se impone sobre las frentes de los católicos es la que resulta de incinerar las palmas utilizadas en el domingo de ramos del año anterior.
Este signo de fe y humildad fue impuesto por el Cardenal Miguel a los asistentes para recordarles que polvo son y en polvo se convertirán.
El Cardenal Miguel Obando también impartió la hostia consagrada a los presentes y dio la bendición tras la celebración religiosa.