Hace unos días pude finalizar un podcast muy bien elaborado titulado «Pieces Of Britney«, producido por la BBC; y debo decir que la historia de Britney Spears no es algo para pasar a la ligera. Es un fenómeno muy raro en la cultura pop, el cual tiene relevancia porque abarca muchos aspectos de los cambios en la sociedad moderna.
Toda mi vida me he inclinado por la música rock, aunque cuando uno va madurando también va agarrando gusto por otras vertientes musicales. Obvio, nada de trap o reggaetón barato. O peor aún, la música banda; si algún día caigo tan bajo mejor me meto un tiro.
El tener la necesidad de especificar que soy rockero cuando trato el tema de Britney es porque para aquellos tiempos de mi adolescencia, era un parte-aguas. El pop era el antónimo directo del rock.
Fenómeno «Baby One More Time»
Para el año 1998 yo tenía 10 años. Era una criatura adaptándome a algo que me llamaba en mis entrañas y ese era el poder del rock.
En esa época de hecho salieron canciones icónicas. Para mencionar algunas: Ava Adore (Smashing Pumpkins); Fly Away (Lenny Kravitz); I’m Afraid Of Americans (David Bowie – Nine Inch Nails); Malibu (Hole); The Sweetest Thing (U2); Pretty Fly – For A White Guy (The Offspring); The Dope Show (Marilyn Manson) y Got The Life (Korn).
La verdad es que había una variedad que en estos tiempos modernos desgraciadamente el rock ya no lo goza.
Recuerdo que en el propio colegio era más común ver a la gente contagiada con el pop de los Backstreet Boys, Spice Girls o bien, esa chica sureña que tomó al mundo por sorpresa.
Y es así que de la nada salió la canción «Baby One More Time«, con una jovencita Britney Spears en traje colegial haciendo pases de baile con una precisa coreografía. Dicha canción era el epítome del anti-rock: una melodía básica, sin riesgos y una chica bonita para llamar la atención.
Fama mundial de Britney: Un calvario
Obviamente la canción fue la primera de una serie de hits que elevarían el nombre de esta chica a las nubes. Por cierto, si quieren ver y aprender más del pop, les recomiendo un documental de Netflix que se llama «This Is Pop«. Se darán cuenta que el pop lo inventaron los suecos, prácticamente.
El punto es que esa fama sería lo mejor y lo peor que le pasaría a Britney.
No pretendo aquí resumir todos los detalles de su «tutela«, pero sí que es una acción legal que fue impuesta con el fin de controlar la economía de esta mujer. Cada paso que diera, o que da, era con consenso, por lo que el #FreeBritney no es solamente una campaña de RP, sino un clamor por ayuda.
Claro está que algunos aducen que fue lo mejor, por el descontrol que tenía con el abuso de sustancias y alcohol, pero mucho apunta a que fue algo que solamente podía ocurrir en esa época (2007-2008); en que la sociedad era muy distinta a la de ahora.
Ahora cualquier indicio de maltrato a la mujer es rápidamente atacado en esa herramienta comunicacional que para ese entonces apenas nacía: redes sociales. De esto pues también hay sus opiniones cruzadas, ya que esa «justicia de redes sociales» es muy superficial, pero eso es otro tema.
La cosa es que en pleno 2021, esa «tutela» del padre de Britney muy difícilmente pudiera haber pasado. Hubiese quedado en evidencia un trato incorrecto, además que ella misma habría expuesto ese «aprisionamiento» a través de Twitter, por ejemplo.
Además hay varios vacíos legales que conllevaron a esa decisión, lo cual aprenderán más cuando escuchen el podcast.
Un caso para estudiar
Estudiar el tema de Britney es mucho más allá de verlo solamente por encima.
La fama y el dinero no excluye a una persona de merecer empatía, ni tampoco la justifica para todas sus acciones incorrectas. Aunque tenga millones de dólares, propiedades y demás, en todos corre la misma sangre y cada quien enfrenta sus propios demonios.
Esta es una historia de una niña que la fama mundial la sobrepasó. Estoy claro que hay historias mucho más dramáticas y dolorosas en el mundo que la de Britney, eso no cabe duda, pero eso no lo vuelve una historia sin importancia.
A como dije al inicio, también habla de la sociedad en sí, de nosotros como consumidores de contenido; de esas revistas que ganaban millones por usuarios que las compraban para ver a estrellas en su decadencia.
Entretenimiento, sexo y cómo se trataba a las mujeres son ejes importantes de esta narrativa convulsa.
«Sensación juvenil, juguete de paparazzis, vaca lechera, desastre andante«; son algunos de las formas cómo se refieren a la estrella pop, que en este podcast de 8 partes, con entrevistas a personas allegadas e insiders del showbiz; se darán una idea más clara del torbellino que conlleva su vida.
En conclusión, me encanta el rock y seguiré siendo fiel al género; pero ya no veo más a Britney como un producto pop sin ningún valor. Hay un ser humano detrás de la figura mediática, una madre que no pudo criar a sus hijos con normalidad.
Por eso creo sí merece algo de empatía, al menos en términos del entretenimiento.
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