El show del medio tiempo del Super Bowl fue un viaje a la nostalgia, una demostración de que «they still got it«. Esos gángsters originales que fueron todo en la música hip hop/ rap hicieron un espectáculo para ovaciones muy merecidas.
Esa música estaba ahí en la adolescencia de los de mi generación (nací en el 88), formando parte del entorno musical que cobijaba al mundo. Debo decir que el fin del siglo pasado y el inicio del que estamos todavía me parece hace poco, pero no, ya son 22 años…
Es cierto, era otro mundo, más dominado por las tendencias de los gringos en la música. Tanto negros como blancos. Pero, a la vez, estos no se sentían como una competencia con el rock y el metal, podían converger sin mayor problema. MTV o la radio te sonaba Eminem, Snoop Dog y luego Limp Bizkit, Korn y hasta Nine Inch Nails o el propio Tool.
¿Cuándo regresará eso, mejor dicho… alguna vez la música volverá a sus buenos niveles? Lo veo difícil.
La nostalgia pega fuerte
Claro está, la mirada hacia la nostalgia es engañosa, nos hacer ser poco objetivos y sentir que lo de nuestros tiempos era mejor. Sinceramente que esa frase del Abuelo Simpson de «estar en la onda» pegó fuerte al ver ese show del Super Bowl.
Y entre tantos comentarios de redes sociales, de que los Millenials ahora sí caemos en cuenta que estamos «viejos«; también me invitó a ver con tristeza qué es lo que ofrece la cartera musical en 2022.
¿Qué ofrece la música de estos tiempos?
También hay que dejar en claro que los gustos musicales son como los colores, cada quién con lo suyo. Sin embargo el ascenso del reggaetón y posteriormente a su expresión más cruda, casi tribal, del llamado trap ha envuelto al mundo en lo que considero es un agujero de la simplicidad.
No digo de que todo en la música deba ser líricas profundas, poéticas y crípticas de la existencia humana; o que lo más exquisito de la música deba tener 700 riffs de guitarra y doble pedal en la batería, pero sí que el rock por excelencia es y seguirá siendo el género más complejo y completo que hay.
Además no perdamos de vista que el hip hop y el rap de la época también tienen enorme peso histórico.
De hecho… para mí es curioso. Para ese tiempo y siendo rockero, rechazaba un poco esos géneros. Afortunadamente, a medida que uno avanza en la vida se da cuenta de más cosas y ahora lo valoro con otra óptica.
Eso sí todo esto es a raíz, debo admitir, de que empecé a escuchar a Logic desde hace unos tres años, por medio de una curiosa conexión con Metal Gear; pero esa es otra historia.
En fin, ¿y ahora qué tenemos en la música contemporánea? Íconos de moda, «influencers» sin gran formación musical que saben hacer pistas altamente bailables y adictivas (en teoría), como Bad Bunny.
También hay otros que traen de regreso los populares corridos.
Sinceramente, la música banda cómo llega a los jóvenes excede mi capacidad de entendimiento humano, pero ni modo, es lo que «pega».
Ojalá algún día se transforme el rock en algo más «viral»
Es triste ver cómo hace unos días se hizo noticia que en México las entradas para Bad Bunny estaban por acabarse y que The Strokes había suficiente espacio.
Hasta 2×1 parece que harán para que la gente vaya a verlos, y eso que es concierto junto a Mac Demarco y The War On Drugs; que quizás no son Rolling Stone o Metallica, pero pues, son buenos exponentes de música alternativa actual.
Eso refleja nuevamente que el rock ya es un género de antaño, ya no es el baluarte de la juventud o de la rebeldía. Y estoy claro que cada género popular significa una expresión válida para cada persona que pasa por esa transición.
Bad Bunny por ejemplo, sabe romper esquemas y en medio de su falta de capacidad para ser un compositor más completo, ha sabido levantar masas como hace mucho no se miraba. Tiene un toque propio, aunque suena absolutamente simple.
Cuando se piensa en disco, fiesta y baile, estarán por ley algunas de sus canciones; las cuales cuentan con altos niveles de producción por más banales que en realidad sean. Y en cuanto a la moralidad en sus líricas eso es irrelevante, al final en rock también hay de todo.
Pero lo que en verdad no tiene el rock en este 2022 es conexión con la Generación Z. No hay ese artista o banda que llegue al corazón de ellos. Lo peor de todo es que muy probablemente no es culpa del ascenso del trap y la música urbana, sino que no han sabido reinventarse y adecuarse a los tiempos modernos.
Mientras, queda deleitarse con la música de ese show del Super Bowl, en que varios de esos artistas se ven vigentes aunque estén cantando al pasado, a la nostalgia; a ese sitio que parece muy complicado se vuelva a repetir.