De alguna manera, la primera parte del álbum de Elton John del encierro fue la misma para mí que para la mayoría de la gente. De repente me quedé atrapado en casa en Los Ángeles; sin nada que hacer en todo el día.
Estábamos a mitad de camino de la gira Farewell Yellow Brick Road; acabábamos de terminar la etapa de Australia y estábamos a punto de comenzar algunas fechas en Estados Unidos cuando todo se detuvo.
El resto de la gira, como cualquier otra gira, se retrasó indefinidamente. Así que llené mis días como todos los demás parecían estar llenando sus días. Me quedé boquiabierto con Tiger King y Chernobyl. Escuché mucha música.
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Establecimos un torneo familiar diario de serpientes y escaleras, que invariablemente ganaban mis hijos. Alguien me mostró cómo trabajar Facetime y Zoom (en realidad no tengo una mente tecnológica) y me mantuve en contacto con amigos de esa manera.
La única forma en que definitivamente no quería ocupar mi tiempo era escribiendo un nuevo álbum de Elton John. He tenido un montón de fantásticas letras nuevas de Bernie durante mucho tiempo. Supongo que este habría sido el momento perfecto para ponerme manos a la obra; pero simplemente no me sentía inspirado para escribir, tal vez porque la situación en la que estábamos, el mundo en el que estaba, era demasiado incierta, demasiado inquietante para realmente. concentrarse en un gran proyecto nuevo como ese.
Empezaré a escribir esas canciones en el futuro, pero no ahora. Podría lidiar con Tiger King y ser golpeado por serpientes y escaleras a diario, pero ¿un nuevo álbum de Elton John? No, gracias.
Pero, a medida que avanzaba la pandemia, siguieron apareciendo diferentes proyectos únicos: gente que conocía, como Charlie Puth, que vive a tres puertas de mí en Los Ángeles, y me preguntó si vendría a escribir una canción; artistas que conocí porque toqué su música en mi programa de Apple Music; Rocket Hour de Elton John – Rina Sawayama, Surfaces, SG Lewis – artistas que nunca conocí que se pusieron en contacto de la nada y me preguntaron si Trabajaría con ellos en algo; como Damon Albarn y Jimmie Allen. Una cosa parecía llevar a la otra.
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Conocí a Lil ‘Nas X cuando me entregó un premio iHeart Icon y terminamos trabajando juntos en una pista. Conocí a Dua Lipa cuando me pidió entrevistarme en Instagram Live, quería hablarme sobre mis recuerdos de Studio 54 en los 70; luego actuamos juntos en la fiesta de los Oscar de la Fundación Elton John AIDS. Vimos la serie dramática de Russell T Davies It’s A Sin durante el encierro y la encontramos increíblemente poderosa y conmovedora, y terminé interpretando la canción que le dio su título en los Brit Awards, con una de sus estrellas, Olly Alexander.
El productor Andrew Watt se puso en contacto y me preguntó si podía tocar el piano en una versión de Nothing Else Matters de Metallica que estaba grabando Miley Cyrus. Estaba tan asombrado por la versión terminada que Andrew y yo terminamos trabajando juntos en Los Ángeles, después de que sucedieron las vacunas y viajar fue un poco más fácil: lo dejé hacer lo que quisiera con las canciones que produjo, y un elenco de colaboradores realmente ecléctico obtuvo involucrados: Stevie Wonder, Young Thug, Stevie Nicks, Eddie Vedder, Brandi Carlile, Nicki Minaj.
Hubo desafíos relacionados con la colaboración durante una pandemia global: tuve que acostumbrarme a grabar con Zoom y Rina Sawayama tuvo que ponerse en cuarentena durante dos semanas antes de grabar juntos; pero las pistas en las que trabajé eran realmente interesantes y diversas, cosas que eran completamente diferente a todo por lo que realmente soy conocido, cosas que me sacaron de mi zona de confort a un territorio completamente nuevo.
Cuanto más me involucraba, más notaba que había algo extrañamente familiar en trabajar así. Justo al comienzo de mi carrera, a finales de los 60, gané dinero trabajando como músico de sesión. Toqué en discos de todos; desde Tom Jones hasta The Hollies y The Barron Knights. Me lo pasé genial. Tenías que estar preparado para hacer cualquier cosa, para encajar con otros solicitudes de la gente.
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Te enseñó a trabajar rápido, a adaptarte, a no ser valioso por lo que hacías. Trabajar con los artistas en este álbum, desde Charlie Puth hasta Gorillaz, Young Thug y Stevie Wonder, todo en el espacio de 18 meses, me recordó eso. Disfruté cada minuto de esto. Aprendí algo de todos los artistas con los que trabajé. Nunca supe qué esperar a continuación: un día, pasé de trabajar en una pista de Glen Campbell; una canción que me encantaba de su último álbum que se está rehaciendo como una serie de duetos, a un estudio diferente donde grabé algo de forma remota para Lil Nas X.
El mismo día conocí a Mary McCartney, que estaba haciendo un documental sobre Abbey Road y había encontrado el papeleo antiguo de la sesión de The Barron Knights que hice a finales de los 60: cuánto tiempo jugué, cuánto me pagaron. Me di cuenta de que había completado el círculo. Volví a ser músico de sesión. Y aún así fue una maravilla.
Nada de eso fue realmente planeado, lo último que pensé que haría durante el encierro fue cubrir Metallica con Miley Cyrus y Yo-Yo Ma, y ciertamente no como un álbum. Solo empezamos a pensar en recopilar todas las canciones en las que había trabajado a principios de este año.
Pero aquí está: un álbum de colaboración que nunca pensé que sucedería, que no se suponía que sucediera, lleno de pistas que suenan completamente diferentes entre sí. No estaba buscando The Lockdown Sessions, pero me encontraron. Y me hicieron volver de sentirme sin inspiración a sentirme lleno de vida, lleno de felicidad, lleno de alegría.
Por PONCHANDO
