En vista de la triste noticia de la recaída en las drogas de la actriz y cantante Demi Lovato, la web Page Six ha divulgado que el equipo de trabajo de la llamada 'Princesa del Pop' Britney Spears ha decidido retirar todo el alcohol del backstage de sus conciertos.
Según el medio La República, al parecer, esta es "la política de toda su gira", y tiene por finalidad mantener a la intérprete alejada de la adicción que la absorbió y casi termina con su carrera hace varios años atrás.
"El equipo de Britney, ha marcado unas líneas muy estrictas de que no se sirva nada de alcohol en el backstage, porque quieren mantenerlo alejado de ella, pero también de muchos de sus bailarines, que no tienen edad para consumirla", contó una fuente.
Además, Page Six cuenta que cuando Britney Spears (36), iba a salir de gira algunos de sus asistentes iban antes que nadie a revisar los hoteles en los que se hospedaría la estrella, para asegurarse de que no hubiera alcohol en sus habitaciones "ni personajes sombríos alrededor, para que no hubiera fiestas. Los empleados de su gira pueden esperar muchas normas, incluso someterse a controles aleatorios", dicen.
Britney ya no es la que era. Ni esa jovencita virginal de dulces coletas y aquella mujer sumida en dramas personales y profesionales que la llevaron a raparse la cabeza y perder la custodia de sus dos hijos. Está feliz, en forma, cantando e incluso de gira. Vive una vida familiar y (aparte de sus millones de dólares) bastante normal: en su cuenta de Instagram se la ve ensayando pasos de baile, en un musical con sus hijos o en una comilona familiar. Incluso es imagen de la firma de moda Kenzo.
Actualmente, Britney Spears, iniciará una gira en Europa con la que recorrerá ciudades como Oslo, Londres, Dublín y Berlín, después de haber estado por cuatro años presentándose en Radio City Music Hall en Las Vegas.