Desde 1594, es una fecha para rendirle homenaje a Santa Cecilia, patrona de la música. Una mujer que tuvo una pesada historia de vida, con arrestos y discriminación.
El 22 de noviembre es una fecha en la que la música tiene su reconocimiento, es su día, el Día Internacional de la Música. Las melodías que acompañan todos los días en el trabajo, aquellos acordes que levantan el ánimo, las letras que inspiran momentos, los pequeños sonidos que retrotraen a otras épocas. Ya lo dijo Friedrich Nietzsche (y otros tantos posteos en Facebook): "Sin música, la vida sería un error".
Pero la fecha es una conmemoración. Desde 1594, es una fecha para rendirle homenaje a Santa Cecilia, patrona de la música. Una mujer que sentía pasión por los acordes y melodías, pero que su catolocismo la llevó a la cárcel.
Casi sobre el final del Siglo II d.C. la joven Cecilia fue obligada por su familia a contraer matrimonio con Valeriano, un joven de la sociedad patricia. Ella era católica, una religión que no era aceptada por el Imperio Romano.
Pero a la devoción por el catolicismo se le sumó su esposo. Junto al hermano, Valeriano se encargó de sepultar cadáveres de católicos muertos por órdenes del emperador. Fueron descubiertos, torturados y ejecutados.
Pero el pulgar de emperador también llegó a Cecilia, quien fue arrestada y obligada a dejar esa religión. Sin embargo, al declarar que prefería la muerte antes que renegar de la verdadera Fe, la joven fue trasladada hasta un horno caliente para que la sofocación y los gases terminaran de ablandarla. Extrañamento ella no murió.
Mientras sufría torturas, cantó alabanzas a Dios y fue condenada a muerte. El 22 de noviembre del año 230, el alcalde romano Almaquio ordenó que le cortaran la cabeza. Sería el fin de Cecilia.
Tiempo después, con la aceptación del catolicismo en 1594, el Papa Gregorio XIII nombró a Cecilia como patrona de todos los músicos, puesto que en su infancia, ella practicó diversos instrumentos.