Al menos 52 pacientes de un hospital de Nasiriya, en el sur de Irak, murieron este lunes en un incendio en la unidad anticoronavirus, informaron las autoridades dos meses después de que una tragedia similar causara más de 80 muertos en Bagdad.
El saldo provisional se eleva a 52 muertos y 22 heridos, declaró a la AFP el portavoz de las autoridades sanitarias locales, Haydar al Zamili, y añadió que la unidad de tratamiento del covid-19 en el hospital Al Husein devastado por las llamas disponía de 70 camas.
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El jefe del gobierno Mustafa al Kazimi convocó urgentemente a ministros y mandos de seguridad para «examinar las causas y consecuencias del incendio», informó su gabinete en Twitter.
Añadió que la policía interrogó al director del hospital y al jefe de defensa civil de la provincia de Dhi Qar, de la que depende Nasiriya.
Estado de emergencia en Irak
«Las víctimas murieron quemadas y se sigue buscando» a posibles supervivientes, dijo Al Zamili.
En varios vídeos subidos a las redes sociales se ven escenas de caos y enormes espirales de humo negro salir del hospital.
Según una fuente del departamento de salud provincial, el incendio se debió a la explosión de cilindros de oxígeno. Lo mismo ocurrió en la tragedia de abril pasado en un hospital de Bagdad, donde murieron más de 80 personas.
En Nasiriya cientos de personas acudieron al lugar para ayudar a los bomberos y a los socorristas, constató un corresponsal de la AFP.
Según una fuente médica, 20 pacientes pudieron ser evacuados del establecimiento en llamas.
El ministerio del Interior iraquí informó en Facebook de que el incendio comenzó en estructuras temporales levantadas cerca del establecimiento.
Hospital en Bagdad
«Es un nuevo desastre humanitario en Irak. El primer ministro debería dimitir inmediatamente», tuiteó por su parte un médico iraquí, el doctor Abdulá al Bayati.
En abril más de 80 personas murieron en el incendio en un hospital asignado al tratamiento de los casos de COVID-19 en Bagdad.
Esta tragedia fue provocada por una serie de negligencias que enfurecieron a los iraquíes y condujeron a la dimisión del ministro de Sanidad. Unos cilindros de oxígeno almacenados sin respetar las condiciones de seguridad estallaron y las llamas devoraron los falsos techos durante horas.