Unicef alertó de los graves retrocesos en materia de educación que se acumulan en muchos países tras dos años de pandemia; con horas y horas de clase perdidas y millones de niños que aún no han vuelto totalmente a las aulas.
En un nuevo estudio, la agencia de la ONU para la infancia analiza el impacto educativo de COVID-19 en 32 países pobres y de ingresos medios y concluye que; si no se toman medidas, la educación en muchos lugares puede pasar de ser “el gran nivelador” a crear la “gran división” entre los niños que tienen un aprendizaje adecuado y los que no.
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“Cuando los niños no pueden interactuar con sus maestros y compañeros directamente, su aprendizaje sufre. Cuando no pueden interactuar con sus maestros y compañeros de ninguna manera, la pérdida puede convertirse en permanente”, advirtió en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
El informe señala que millones de niños han perdido en los últimos dos años más de la mitad de horas lectivas en persona y que, con 23 países donde los centros aún no han reabierto totalmente, el riesgo de abandono escolar se está disparando.
Según datos recopilados en Liberia; un 43% de los alumnos nunca volvieron a las clases cuando estas se reabrieron en diciembre de 2020 tras meses cerradas. En Uganda; uno de cada diez niños no retomó sus estudios cuando en enero de este año los colegios pusieron fin a dos años de cierre.
En Sudáfrica, mientras, el número de niños no escolarizados se triplicó entre marzo de 2020 y julio de 2021; y en una encuesta en Kenia se vio que el 16% de las alumnas y el 8% de los alumnos de entre 10 y 19 años dejaron las clases durante la pandemia.
Unicef los niños no escolarizados
Unicef subrayó que los niños no escolarizados tienden a convertirse en las personas más vulnerables y marginadas de la sociedad.
El estudio, además, llama la atención sobre el bajo nivel de aprendizaje de muchos de los estudiantes; que sí continuaron con las clases durante la pandemia.
Según sus autores, en los países analizados el ritmo de progreso es ahora mismo tan lento que llevaría siete años para la mayor parte de los alumnos; adquirir los niveles básicos de lectura que deberían aprenderse en dos años.
En los 32 países que se estudiaron, un cuarto de los alumnos de octavo grado, alrededor de 14 años; no tenía los niveles de lectura esperados para un estudiante de segundo curso.
Mientras, más de la mitad no alcanzaba el nivel de matemáticas que se espera para ese segundo curso; cuando los alumnos tienen unos 7 años.
“Ahora que la pandemia entra en su tercer año, no podemos permitirnos volver a algo ‘normal’. Necesitamos una nueva normalidad: tener a los niños en las aulas, analizar dónde están en su aprendizaje; darles el apoyo intensivo que necesitan para recuperar lo que han perdido y asegurar que los maestros tienen la preparación y los recursos que necesitan”, señaló Russell.