Un hombre afín ideológicamente al grupo yihadista Estado Islámico apuñaló e hirió a seis personas este viernes en un supermercado de Auckland, antes de ser abatido por la policía.
Ataque terrorista
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, se declaró «devastada» por el hecho de que este hombre hubiera podido perpetrar este ataque pese a estar en una lista antiterrorista y ser objeto de vigilancia policial permanente.
El hombre, un ciudadano de Sri Lanka que llegó a Nueva Zelanda en 2011, ingresó al supermercado, se apoderó de un cuchillo en un mostrador y apuñaló a seis personas. Tres de ellas se encuentran en estado grave.
La policía que le vigilaba disparó y lo mató solamente un minuto después de iniciada la agresión.
«Lo ocurrido hoy es algo horrible y despreciable»; declaró Ardern.
Un agresor solitario
Ardern dijo que no podía revelar la identidad del agresor dado que una decisión judicial anterior prohíbe la difusión de informaciones sobre él.
La responsable precisó, no obstante, que el hombre estuvo detenido; pero fue liberado porque no había motivos legales para mantenerlo bajo custodia.
Según la prensa local, el agresor, de 32 años; fue investigado por querer preparar un ataque con arma blanca, pero estos temores no constituyen un crimen; según había recordado el juez en su momento.
El agresor sí había sido condenado a 12 meses de libertad vigilada por poseer propaganda de apoyo al Estado Islámico. Ardern explicó que no había razones legales para que el hombre estuviera encarcelado.
El comisario de la policía local Andrew Coster; dijo que las autoridades estiman que el hombre actuó en solitario.
También reconoció que habrá que preguntarse cómo pudo realizar su ataque prácticamente en presencia de los agentes que le vigilaban; aunque defendió su actuación.
El hecho revivió en Nueva Zelanda los recuerdos del ataque de Christchurch en marzo de 2019; cuando un supremacista blanco mató a tiros a 51 musulmanes e hirió a otros 40.