Por siglos, el lago Tuz, en el centro de Turquía, recibió colonias de flamencos que llegaban anualmente a reproducirse cuando el clima calentaba, alimentándose de las algas de sus aguas.
Este verano, sin embargo, una escena desoladora reemplaza las espléndidas imágenes de las aves en los atardeceres captadas por el fotógrafo Fahri Tunc. Solo se ven los restos de flamencos muertos y el lecho reseco y resquebrajado del lago.
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No hay ni una gota de agua en el lago, de 1.665 kilómetros cuadrados (643 millas cuadradas), el segundo más grande de Turquía y hogar de numerosas especies de aves.
Los expertos dicen que el Tuz (Lago de Sal en español) es víctima de una sequía provocada por el cambio climático y de décadas de políticas agrícolas que agotaron el agua del subsuelo.
“Había unos 5.000 flamencos jóvenes todos los años. Todos murieron porque no había agua”, dijo Tunc, quien dirige la rama regional de la organización ambiental turca Doga Dernegi. “Fue una escena increíblemente dolorosa. Algo que no puedo sacarme de la cabeza. Espero no tener que volver a ver algo así”.
Otros lagos de Turquía se han secado o tienen muy poca agua, afectados por la escasez de lluvias y políticas de irrigación que no son sustentables. Expertos climáticos dicen que toda la cuenca del Mediterráneo está expuesta a severas sequías y desertificación.
Lago Van
En el lago Van, el más grande de Turquía, en el este del país, los barcos pesqueros ya no podían acercarse a la costa la semana pasada debido al bajo nivel de las aguas, según informó el canal televisivo HaberTurk.
“Suben las temperaturas y disminuyen las lluvias. A esto se suma el hecho de que hace falta agua para irrigar los cultivos”, expresó Levent Kurnaz, científico del Centro para el Cambio Climático de la Universidad Bogazici. “La situación es mala en toda Turquía en estos momentos”.
Un estudio en base a imágenes satelitales hecho por la Universidad Ege de Turquía revela que el nivel del agua del Tuz empezó a bajar en el año 2000, de acuerdo con la Agencia Anadolu, del estado.
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Este año se secó totalmente debido al aumento de las temperaturas, una mayor evaporación y una escasez de lluvias, según el estudio.
También se notó una fuerte merma en el nivel de las aguas subterráneas alrededor del Tuz, un lago hipersalino (con fuertes concentraciones de cloruro sódico u otras sales minerales) que abarca tres provincias turcas: Ankara, Konya y Aksaray.
La cuenca de Konya, en el centro de Anatolia, que incluye el lago Tuz, supo ser el granero de Turquía. Los agricultores de la zona se enfocaron en cultivos como el maíz, remolachas y alfalfa; que son más redituables pero consumen más agua, lo que ha secado las fuentes de agua, expresó el fotógrafo Tunc.
Por AP