La policía de Georgia volvió a utilizar cañones de agua y gases lacrimógenos el martes para controlar a los manifestantes proeuropeos que protestaban por sexta noche consecutiva en Tiflis, la capital del país caucásico.
La crisis en el país se intensificó la semana anterior con la decisión de postergar las negociaciones sobre la incorporación a la Unión Europea por parte del primer ministro, Irakli Kobajidze.
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Asimismo, Kobajidze, a quien sus detractores atribuyen una tendencia autoritaria prorrusa, acusó este martes a sus oponentes políticos y a sus ONG de «orquestar la violencia» en estas manifestaciones que; según sostiene, están siendo «financiadas desde el extranjero».
A pesar de ser menos numerosos que en manifestaciones previas, el martes por la noche, en Tiflis, se reunieron miles de personas que lanzaron fuegos artificiales contra el Parlamento y la policía; según observaron periodistas de la AFP.
Protestas en Georgia
El Ministerio del Interior acusó a los manifestantes de arrojar “objetos contundentes, artefactos pirotécnicos y objetos inflamables”.
Salomé Zurabishvili, presidenta proeuropea que apoya las protestas, denunció un uso «desproporcionado» de la fuerza por parte de la policía; incluyendo «arrestos masivos y maltratos».
Además, Levan Yoseliani, el comisionado nacional de derechos humanos del país; acusó a la policía de «actos de tortura» contra los manifestantes después de haber visitado a varios de los arrestados, muchos de ellos con «graves heridas» en la cabeza o los ojos.
Protests rage on in Georgia's capital for the 6th day!
Tensions escalate as thousands demand change.
The turmoil sparked by a proposed "foreign agents" law has the nation on edge.
Demonstrators clash with police, with reports of arrests and injuries. #Georgia pic.twitter.com/t17MB2mRe3
— Facts Prime (@factsprime35) December 4, 2024
En el ámbito legal, el Tribunal Constitucional rechazó este martes una petición de la presidenta Zurabishvili; y optó por preservar el cumplimiento de las legislativas de octubre.
El gobierno de Georgia, sostiene que busca prevenir el destino de Ucrania y señala a Occidente por intentar inducir a Georgia a un conflicto con Moscú; y querer ocasionar sucesos similares a lo ocurrido en el Maidán ucraniano en 2013.