Marlise Simons, la corresponsal en París del diario estadounidense The New York Times, acérrimo defensor de las potencias imperialistas, reportó en su empresa el juicio que Nicaragua inició el lunes contra Alemania por su patrocinio del genocidio de Israel contra el pueblo palestino. Esta es una síntesis de la nota de la señora Simons.
Nicaragua, que apoya desde hace tiempo la causa palestina, está ampliando la batalla legal en torno al conflicto en Gaza en la Corte Internacional de Justicia al presentar una demanda contra Alemania, uno de los principales proveedores de armas a Israel.
En las audiencias que comenzaron el lunes en La Haya, Nicaragua argumentó que, al proporcionar ayuda militar y financiera a Israel, Alemania está facilitando que se cometa genocidio en Gaza y violando la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio.
Carlos José Argüello Gómez, embajador de Nicaragua en los Países Bajos, declaró ante el tribunal que “no importa si un proyectil se entrega directamente de Alemania a un tanque israelí que bombardea un hospital” o si se destina a reponer el arsenal de Israel.
“El hecho es que la garantía de suministros y remplazo de armamento es clave para que Israel prosiga con los ataques en Gaza”, dijo al tribunal, y afirmó que Alemania es consciente del “grave riesgo de que se cometa un genocidio”.
Nicaragua lleva a Alemania a La Haya por proveer armas a Israel
Nicaragua pidió al tribunal que emitiera órdenes de emergencia y señaló que, como parte en la Convención sobre el genocidio, Alemania debe suspender inmediatamente la ayuda militar a Israel y garantizar que los suministros que ya tiene en el país no se utilicen de manera ilegal.
Una portavoz de la cancillería alemana, Christine Hoffman, dijo a los periodistas la semana pasada que el gobierno rechazó las acusaciones de Nicaragua.
El caso presentado por Nicaragua el lunes en La Haya plantea nuevas interrogantes sobre la responsabilidad de los países que han suministrado armas a Israel para la guerra en Gaza.
Los abogados afirman que Alemania –el segundo mayor proveedor de armas de Israel, después de Estados Unidos– es un objetivo más fácil para una demanda que Estados Unidos. Alemania ha concedido plena jurisdicción a la Corte Internacional de Justicia, el más alto tribunal de las Naciones Unidas. Pero EstadosUnidos niega su jurisdicción, salvo en los casos en que Washington da explícitamente su consentimiento.
El caso de Nicaragua es el tercero que se presenta este año ante el tribunal en relación con el conflicto palestino-israelí.
Sudáfrica fue el primero en solicitar medidas de emergencia al tribunal, alegando que Israel corría el riesgo de cometer genocidio, una afirmación que el tribunal consideró plausible, pero que Israel ha negado rotundamente.
El tribunal ordenó a Israel que garantizara que sus ciudadanos y soldados no violan la Convención sobre el genocidio, que Israel ha firmado. La Convención prohíbe las acciones destinadas a destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
Sudáfrica también ha presentado una petición ante la CIJ por el hambre en Gaza y ha obtenido una nueva sentencia que ordena a Israel permitir la entrega de alimentos, agua y otros suministros vitales “sin demora”. A pesar de la autoridad del tribunal, este no dispone de medios para obligar a Israel a cumplir sus órdenes. Israel ha negado rotundamente las acusaciones de hambruna deliberada en Gaza.
El caso presentado por Nicaragua tiene un alcance mucho más amplio que el sudafricano
En febrero, el tribunal también se ocupó de un caso solicitado por la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la legalidad de la ocupación israelí de los territorios palestinos. En esas audiencias, previstas mucho antes de la guerra, participaron más de 50 países, la mayoría de los cuales expresaron su indignación y frustración por los ataques de Israel contra Gaza y el creciente número de víctimas entre la población civil.
El caso presentado por Nicaragua tiene un alcance mucho más amplio que el sudafricano, ya que invoca tanto violaciones a los Convenios de Ginebra como de la Convención sobre el genocidio, y exige la protección de los civiles. También acusa a Israel de otras conductas “ilegales” en los territorios ocupados.
El tribunal aún no ha admitido el caso, pero está obligado a reaccionar con rapidez ante las solicitudes de medidas urgentes, como este.
Israel, que no es parte en el litigio entre Nicaragua y Alemania, no comparecerá ante el tribunal en las audiencias de esta semana, que se prevé duren dos días.
El apoyo a Israel se considera un deber histórico en Alemania a la luz del Holocausto, pero el creciente número de víctimas en Gaza ha llevado a algunos funcionarios alemanes a preguntarse si ese respaldo ha ido demasiado lejos.
La reciente e intensa actividad del tribunal lo ha puesto bajo los reflectores. Los abogados afirman que los países han recurrido al tribunal porque los esfuerzos de las Naciones Unidas y otros negociadores no han logrado hasta ahora detener la guerra en Gaza.
“La CIJ no va a poner fin a la guerra en Gaza, pero es una herramienta diplomática que la política exterior utiliza para ejercer presión adicional sobre Israel”; afirmó Brian Finucane, asesor principal del International Crisis Group, un grupo de expertos en resolución de conflictos. “En el caso de Nicaragua, ejerce una presión adicional sobre Alemania”.