En las prisiones de Texas, las altas temperaturas del verano, que superan los 45 °C, han provocado varias muertes en 2023, incluidas las de Patrick Womack, John Castillo y Elizabeth Hagerty, quienes ya padecían condiciones de salud preexistentes.
Las instalaciones carecen de aire acondicionado adecuado, con solo 45.689 camas climatizadas para una población de 134.000 reclusos.
Organizaciones como Defensores Comunitarios en las Prisiones de Texas (TPCA) están demandando al Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ) para exigir mejoras, señalando que las condiciones actuales son inhumanas.
Aunque la justicia admite que el calor pudo haber influido en algunas muertes, el aire acondicionado sigue siendo limitado; y las medidas actuales (ventiladores, agua helada y acceso temporal a áreas climatizadas) son insuficientes para prevenir más fallecimientos.
El calor extremo, otra forma de pena de muerte para los presos en Texas https://t.co/8wZxnQn5SB
— La Patilla (@la_patilla) October 2, 2024
Activistas como Amite Dominick destacan que el cambio climático está empeorando la situación en las prisiones; agravando el sufrimiento de los reclusos, muchos de los cuales deben regresar a la sociedad tras cumplir sus condenas.
Además, el calor ha aumentado la tensión en las cárceles, generando más peleas y problemas de convivencia. A pesar de la oposición política al financiamiento del aire acondicionado en las prisiones; en 2022 se asignó parte del presupuesto solicitado para añadir camas climatizadas.
Sin embargo, el sufrimiento continúa para la mayoría de los reclusos; lo que ha llevado a exconvictos y activistas a denunciar el trato cruel que sufren durante los meses de calor extremo.