Toa, el cachorro de orca que cautivó corazones tras ser encontrado varado en aguas de Nueva Zelanda; este perdió su lucha por sobrevivir, confirmaron este sábado grupos conservacionistas.
El cetáceo de menos de 2,5 metros de largo de entre cuatro y seis meses de edad fue noticia de primera plana cuando apareció en la costa cerca de Wellington tras separarse de su madre dos semanas antes.
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Aún era lactante, y cientos de personas se ofrecieron a darle atención constante porque no podía sobrevivir solo en el océano.
Conservacionistas, que bautizaron a la orca como Toa -«guerrero» en lengua maori- le hicieron un encierro improvisado en el suburbio costero de Plimmerton. Ahí se le alimentó cada cuatro horas, al tiempo que se montó una operación por mar y aire en busca de la madre.
Whale Rescue, una organización que apoyó el cuidado de Toa, publicó en redes sociales que su condición se deterioró rápidamente la noche del viernes.
«Veterinarios en el sitio corrieron a atenderlo pero no pudieron salvarlo», indicaron en un comunicado.
Ian Angus, gerente de especies marinas del Departamento de Conservación, comentó que ya sabían que entre más tiempo Toa estuviera en cautiverio lejos de su madre, era más probable que su salud se deteriorara.
La muerte de la orca
«Toa murió rápidamente, rodeado de amor y sus últimos días se hicieron lo más confortable posible», indicó Angus.
Aunque se les conoce como ballenas asesinas, las orcas son la especie más grande de delfín, y los machos alcanzan hasta nueve metros de largo.
Reconocidos por sus colores distintivos negro y blanco, en Nueva Zelanda son consideradas una especie en peligro crítico de extinción, con una población calculada entre 150 y 200 ejemplares.