La mirada internacional se encuentra en este momento en Haití; luego de que en la madrugada del pasado miércoles 7 de julio fuera asesinado el presidente de la nación haitiana Jovenel Moïse y se hiriera de gravedad a la primera dama; su esposa Martine Moïse.
De acuerdo con la información revelada por medios locales, el ataque ocurrió con armas de fuego en la residencia privada del mandatario, ubicada en Puerto Príncipe; ciudad capital del país que comparte la isla con República Dominicana.
Como presidente encargado ascendió el primer ministro Claude Joseph; quien declaró estado de sitio, tras la indignación y conmoción de los más de 11 millones de habitantes de esa nación. Una vez en el mando decidió cerrar el aeropuerto, según él, por seguridad nacional.
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De acuerdo con la información oficial, la primera dama fue remitida de urgencia a la clínica local para luego ser trasladada a un hospital en Miami, Estados Unidos; en donde arribó en la tarde del mismo día en un avión ambulancia.
De acuerdo con Bocchit Edmond, embajador de Haití en Estados Unidos, el estado de salud de Martine era tan crítico que se tomó la decisión de remitirla directamente al país norteamericano e internarla en el Hospital Baptist, de Miami; en vez de llevarla al país vecino. Su estado sigue reservado.
La primera dama de Haití tiene 47 años. Antes de que, en 2016; su esposo asumiera el mandato del país caribeño como el primer presidente procedente de clase baja, Martine se dedicaba a diferentes negocios como empresaria.
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La mujer más importante de la nación desarrolló y fortaleció iniciativas a favor de la niñez y la lucha contra la violencia de género. Sumado a que se desempeñaba también como presidenta de la Fundación Klere Ayiti, que provee servicios en cultura y educación a la población.
Actualmente es donante de la red de Primeras Damas y Cónyuges de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (Caricom), y presidenta de la coordinación del Fondo Mundial en Haití, CCM, para el tratamiento y erradicación del VIH-SIDA.
Martine también abogó por nuevas inversiones en la industria de las artes; y las artesanías de Haití, en un esfuerzo por impulsar a los artesanos locales; y ayudar a la recuperación de la economía local; la cual aún vive las consecuencias del histórico 12 de enero de 2010; fecha en la cual país fue afectado por un terremoto de 7 grados en la escala de ‘Richter’ que dejó un saldo de más de 200 mil muertos.
Por El Tiempo
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