El juez de paz Carl Henry Destin, quien examinó la escena del crimen horas después del magnicidio, recibió numerosas amenazas telefónicas y tuvo que esconderse apenas dos días después. «Mientras hablo contigo ahora, no estoy en casa. Tengo que esconderme en algún lugar remoto para hablar contigo», dijo Destin a la CNN.
También hubo amenazas contra colegas de Destin y otros jueces de instrucción, según los papeles vistos por la CNN.
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Uno de los instructores recibió una llamada intimidante el 9 de julio, mientras estaba examinando los cadáveres de dos presuntos implicados en el magnicidio. Según el registro oficial de denuncias; la persona que llamó le exigió información sobre el caso y le amenazó de muerte si se negaba a modificar su informe.
«Veo que sigues indagando el caso del presidente, te han dicho que elimines dos nombres y te niegas. Te llamo y te niegas, pero conozco todos tus movimientos«, decía un mensaje SMS que le enviaron en la semana siguiente.
Bajo amenazas
El fiscal a cargo del caso, Bedford Claude, restó importancia al asunto, diciendo que «todo el mundo recibe amenazas«, incluido él mismo
Al mismo tiempo, Claude aseguró que procuraría reforzar la seguridad de los instructores.
Por su parte, el ministro de Justicia y la Policía Nacional de Haití no respondieron a las solicitudes de comentarios de la CNN.
Moïse fue asesinado en su residencia privada de Puerto Príncipe en la madrugada del 7 de julio, por un comando armado integrado por 26 colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano.
En el marco de la investigación, la policía apresó a 18 colombianos, cinco estadounidenses de origen haitiano, dos policías y un civil.
También emitió órdenes de búsqueda contra el exsenador Joseph, el empresario exconvicto Rodosplhe Jaar, y el exfuncionario del Ministerio de Justicia, Joseph Felix Badio, que, de acuerdo a las últimas pesquisas, dio la orden de perpetrar el magnicidio.
Sputnik Mundo