Este miércoles, Bolivia vivió un intento de golpe de Estado cuando militares se atrincheraron en la plaza Murillo, La Paz, cerca de las sedes del poder ejecutivo y legislativo, entrando por la fuerza al palacio presidencial. El presidente Luis Arce denunció movilizaciones irregulares del Ejército, llamando a defender la democracia y condenando las acciones golpistas que dejaron al menos nueve civiles heridos, según el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo.
Liderazgo del Intento Golpista
El general destituido Juan José Zúñiga lideró el levantamiento, manifestando su descontento con la situación en Bolivia y anunciando la inminente formación de un nuevo gobierno. Las tropas rebeldes desplegaron tanquetas y utilizaron un blindado para irrumpir en el Palacio Quemado, empleando gases lacrimógenos en la zona. Sin embargo, horas después, los militares comenzaron a retirarse de la plaza.
Detenciones y Nombramientos
La Fiscalía General inició procesos penales contra Zúñiga y los militares involucrados, resultando en la detención de Zúñiga. En respuesta, Arce movilizó al pueblo en defensa de la democracia y posesionó un nuevo alto mando militar: José Sánchez como comandante del Ejército, Gerardo Sabala en la Fuerza Aérea, y Wilson Guardia en la Armada.
Reacciones Nacionales e Internacionales
El intento de golpe generó repudio internacional, con condenas de varios gobiernos latinoamericanos y España. En Bolivia, cientos de manifestantes se reunieron cerca del palacio presidencial, apoyando a Arce y expulsando a los militares del centro de La Paz. Por la noche, bolivianos continuaron mostrando su respaldo al presidente en la plaza Murillo.