En Filipinas 250. 000 personas atraviesan una compleja situación humanitaria y de inseguridad alimentaria tras el paso del super tifón Rai, alertó el Programa Mundial de Alimentos (PMA)
El ente precisó que como consecuencia de Odette, se cuantificaron 500 víctimas mortales y varias edificaciones fueron destruidas; por lo cual la Organización de Naciones Unidas (ONU) destinó 107 millones de dólares para ayudar a los damnificados.
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Previo al paso del tifón, en algunas regiones como Caraga, el 53 por ciento de las familias sufrían de inseguridad alimentaria. Además, las tasas de retraso en el crecimiento infantil alcanzaban el 36 por ciento, considerado por la Organización Mundial de la Salud, como alta alerta de salud pública.
“A menos que actuemos ahora y proporcionamos la asistencia alimentaria que tanto necesitan las familias siniestradas, corremos el riesgo de ver un rápido aumento de la desnutrición prevenible”; aseveró la directora de PMA en este país, Brenda Barton.
Compleja situación humanitaria en Filipinas
En este sentido, la funcionaria instó a materializar donaciones internacionales ascendentes a 25.8 millones de dólares; de lo cuales solo se han recibido 4.7 millones provenientes de los Gobiernos de Australia, Brasil, Irlanda y Estados Unidos; así como del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de la ONU.
Los fondos recaudados serán utilizados para el abastecimiento de bienes alimentarios, así como la reparación del servicio eléctrico en 11 de las 17 regiones filipinas son afectados por el desastre natural.
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— World Food Programme Philippines (@WFP_Philippines) January 7, 2022
“El financiamiento inmediato es esencial si queremos prevenir una emergencia nutricional; ya estábamos viendo una desnutrición preocupante en las áreas afectadas, el camino hacia la recuperación es largo y se necesitará más apoyo”; apuntó Barton.
