El hombre, que cargaba una biblia y hablaba de temas religiosos, sacó su arma y apuntó al trabajador de Burger King cuando no quiso aceptar drogas como pago; sin embargo, no fue su único crimen esa noche.
Un hombre de Colorado identificado como Eugene Robertson, de 40 años, fue sentenciado a más de 143 años de prisión luego de un incidente que comenzó en el drive-thru de un Burger King en Aurora, un suburbio de Denver, el 17 de octubre de 2022.
De acuerdo con las autoridades, Robertson intentó pagar su pedido con una bolsa de drogas, y cuando el empleado se negó a aceptar el pago, Robertson sacó un arma y la apuntó al trabajador. Temiendo por su vida, el empleado de la cadena de comida rápida informó a la policía, sin saber que ese no era el único crimen que Robertson cometió esa misma noche.
Después del incidente en Burger King, Robertson cruzó la calle hacia una tienda 7-Eleven y, una vez dentro, apuntó con su arma a la cabeza del cajero. Al percatarse de que había una cámara de seguridad en la tienda, disparó contra la pantalla de monitoreo antes de huir del sitio.
Amenaza a trabajador de Burger King
Robertson también disparó contra dos personas que estaban en el estacionamiento de la tienda, aunque nadie resultó herido, según los reportes publicados en el NY Post. Testigos señalaron que Robertson se comportaba de manera extraña y mencionaron que llevaba consigo una Biblia con una cubierta morada; mientras hablaba sobre temas religiosos.
Más tarde, esa misma noche, una amiga de Robertson llamó al 911 para reportar que él disparó su arma luego de que ella se negó a abrir la puerta de su apartamento, donde se encontraba con otras personas. La policía encontró a Robertson escondido detrás de unos arbustos en el complejo departamental y lo arrestó sin más incidentes.
En abril de 2023, un jurado encontró a Robertson culpable de 17 delitos, incluidos ocho cargos de intento de asesinato. La sentencia total se acumuló debido a que cada delito recibió una condena separada, lo que resultó en más de 143 años en prisión.
Robertson enfrentaba una sentencia máxima de más de 400 años cuando fue sentenciado el 9 de agosto de 2024, pero el juez decidió imponer la pena de más de 143 años; garantizando que Robertson estará tras las rejas por el resto de su vida.