Al menos nueve personas -incluido un niño- murieron esta semana por las inundaciones en el suroeste de Uganda, informó la Cruz Roja de ese país africano, que hoy presta ayuda de emergencia a unas trescientas familias afectadas por el desastre.
Las fuertes precipitaciones, que han provocado aludes de barro, anegaron este lunes zonas del distrito de Kisoro y destruyeron casas, carreteras y otras infraestructuras.
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“El número de muertos ha aumentado a nueve. Hasta el momento, se han recuperado ocho cuerpos. El noveno es un niño que fue atrapado por el deslizamiento de tierra mientras corría, por lo que nadie sabe exactamente dónde excavar. Todavía está desaparecido”, indicó la Cruz Roja ugandesa en su cuenta de la red social Twitter.
El agua, al parecer, descendió por la ladera del monte Muhabura y arrasó con todo lo que encontró a su paso.
“Hemos reunido ayuda de emergencia para 300 familias seleccionadas y afectadas por las fuertes lluvias e inundaciones en Kisoro. Nuestro propósito es dar esperanza y restaurar la dignidad de los afectados”, agregó la Cruz Roja de Uganda.
Uganda sacudida por desastres naturales
La secretaria de Estado ugandesa de Socorro y Preparación para Desastres, Esther Anyakun, se ha desplazado a Kisoro para evaluar sobre el terreno los daños personales y materiales causados por las inundaciones.
El comisionado del distrito residente (RDC) de Kisoro, el Sr. Peter Mugisha, y el presidente de la LCV, el Sr. Abel Bizimana, se unieron el martes a los residentes para evaluar la situación y evaluar la magnitud del daño.
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El panorama al que se enfrenta Uganda es de lo más sombrío. Si no se hace nada para remediarlo, dentro de 35 años este país del este de África podría convertirse en una tierra yerma, sacudida por catástrofes naturales y en la que apenas quedará fauna salvaje o campos para el cultivo.