En un ataque este sábado, un grupo armado llegó a Etiopía y terminó con la vida de más de 200 personas, transformándose en uno de los ataques más mortíferos en la historia reciente del país; donde las tensiones étnicas se van agudizando.
Esta terrible mortandad tuvo hecho en la región de Oromia, en el oeste del país, y los testigos de esta calamidad responsabilizan a un grupo rebelde, que rechazó las acusaciones.
Un habitante del condado de Gimbi que logró escapar de la matanza, Abdul-Seid Tahir; comentó a AP que contó personalmente 230 cadáveres y calificó lo sucedido como «el peor» ataque contra civiles que se recuerda en la zona.
Otro residente contó que se enterraron a 260 personas, entre 50 y 60 de ellas en tumbas individuales; mientras que un tercer testigo elevó la cifra a 320 muertos.
Denuncian entre 230 y 320 muertos en Etiopía
A su vez la mayoría de los asesinados eran miembros de la etnia amhara, que se estableció en la zona hace unos 30 años en el marco de un programa de reubicación. Los testigos entrevistados por ambos medios culparon al grupo rebelde Ejército de Liberación Oromo.
Ante este caos, los testigos tienen miedo a que ocurra otra matanza. Uno de ellos afirmó que la comunidad amhara «está siendo masacrada como pollos»; mientras que otro expresó que los miembros de la etnia están buscando una reubicación por el miedo a más agresiones.
«Los estamos sepultando en fosas comunes y seguimos sacando muertos. Ya llegaron unidades del ejército, pero tenemos el temor a que si se van, seguirán los ataques»; comentó Abdul-Seid Tahir.
En consecuencia el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, condenó la masacre y declaró que «los ataques contra civiles inocentes y la destrucción de sus medios de vida por parte de las fuerzas ilegales e irregulares son inaceptables».
También el mandatario aseveró que el Gobierno tiene «tolerancia cero con los horribles actos» cometidos por «elementos cuyo principal objetivo es provocar el pánico a las comunidades».
Tomado de: actualidad.rt