En su máximo caudal, las cataratas Victoria fácilmente se califican como una de las maravillas naturales del mundo.
Con una extensión de 1,7 km en su punto más ancho y una altura de más de 100 m, los habitantes locales se refieren a la cascada más grande de África como «el humo que truena».
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Esta asombrosa característica se forma cuando el río Zambeze cae en vertical de la cima en una profundidad llamada Primera Garganta.
La profundidad de la cima fue esculpida por la acción del agua a lo largo de una zona de fracturas naturales en la roca volcánica que conforma el paisaje en esta región en el sur de África.
En 2019, sin embargo, las cataratas Victoria guardaron silencio.
Cataratas Victoria y el turismo
En una sequía descrita como la peor en un siglo, el caudal del Zambeze se redujo a un goteo relativo y las cataratas se secaron.
Como una de las mayores atracciones turísticas de la región, las cataratas Victoria son una valiosa fuente de ingresos para Zimbabwe y Zambia.
A medida que se difundieron las noticias sobre el bajo nivel del agua, los comerciantes locales notaron una caída visible en el número de turistas.
Además de afectar a las economías de los países, también afectó al suministro eléctrico, que depende de la generación hidroeléctrica.
Más ampliamente en toda la región, las agencias informaron de un aumento en la necesidad de ayuda alimentaria debido a que las cosechas fracasaron por la sequía.
«Duro recordatorio»
Un solo fenómeno meteorológico extremo no puede considerarse, de forma aislada, como una consecuencia del cambio climático.
Pero la región está registrando una secuencia de sequías extremas que reflejan lo que los modeladores climáticos pronostican que ocurrirá como resultado de un aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera que han resultado de la actividad humana.
Almacenamiento de agua
El presidente de Zambia, Edgar Lungu, en declaraciones en ese momento, lo calificó como «un duro recordatorio de lo que el cambio climático está haciendo con nuestro medio ambiente».
Los observadores de los patrones climáticos en la cuenca del Zambeze creen que el cambio climático está provocando un retraso en la temporada de monzones, concentrando las lluvias en eventos más grandes e intensos.
Esto dificulta el almacenamiento de agua en la región. También hace que el impacto de la prolongada estación seca sea más dañino.
Nota por BBC