El atentado suicida que se registró el pasado viernes contra una mezquita chiita de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, aparentemente reivindicado por la organización Estado Islámico (EI), causó la muerte de 62 fieles, según un nuevo balance de las autoridades de Pakistán este sábado.
Además del comunicado de actualización de víctimas se comprometieron a perseguir y detener a los autores intelectuales del ataque; en este caso a una filial del grupo extremista Estado Islámico. El atentado deja además casi 200 heridos.
La policía difundió imágenes de una cámara de vigilancia en las que se ve a un hombre, con un traje tradicional compuesto por unos pantalones anchos y una larga túnica, que es abatido por dos policías cuando entra en la mezquita del barrio de Risaldar, en Peshawar.
Ataque durante oficio religioso en Pakistán
Hace estallar su cinturón de explosivos repleto de piezas de metal que se dispersan por todo el edificio; lleno de gente, instantes antes del inicio de la oración del viernes.
«Hay siete cuerpos irreconocibles, entre ellos dos pies amputados, que pensamos que son los del kamikaze»; declaró a la AFP Muhammad Ijaz Khan, responsable de la policía de Peshawar.
El Estado Islámico afirmó en un comunicado que el suicida, que actuó solo, era natural del vecino Afganistán, el agresor disparó a dos policías que custodiaban el templo antes de entrar y hacer estallar su explosivo. El incidente se produjo cuando los fieles se arrodillaban para las oraciones del viernes.
Se trata del ataque más mortífero desde 2018, en un mitin electoral en Mastung, en la provincia de Baluchistán suroeste de Pakistán. En el que murieron 149 personas y también fue reivindicado por el EI.
Según el responsable policial, las autoridades comprueban los datos biométricos de las personas que cruzaron recientemente la frontera desde Afganistán.
Peshawar, a unos 50 km de la frontera afgana, fue escenario de atentados casi diarios durante la primera mitad de la década de 2010, pero estos últimos años la seguridad había mejorado.