La ONU dijo hoy que el incendio que acaba de arrasar varias áreas del gigantesco campamento de refugiados rohinyás en Bangladesh es un desastre "que nunca hemos visto antes" y en el que han muerto al menos quince personas y otras 400 están desaparecidas.
"Lo que ha pasado es algo que nunca habíamos visto en un campo de refugiados, ha sido masivo", dijo Boris Cheshirkov, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que junto con otras organizaciones humanitaria presta asistencia a cerca de 900.000 personas que huyeron de la persecución y ataques en Birmania.
El incendio comenzó el lunes por la tarde y afectó a cuatro sectores de la inmensa área que ocupan los campamentos de rohinyás en la localidad de Cox's Bazar, en el sureste de Bangladehsh.
En las zonas damnificadas viven 88.000 personas, de las cuales se estima que más de 45.000 han perdido hasta las más modestas pertenencias que tenían.
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Las causas de la tragedia se desconocen por el momento, así como el número exacto de fallecidos y heridos, coincidieron en señalar varios representantes de organismos de ayuda de la ONU.
Más de un millar de voluntarios de la sociedad de socorro de la Media Luna Roja trabajaron durante toda la noche junto a los bomberos para apagar el fuego.
Entre los primeros en actuar hubo unos 600 residentes del campamento que habían sido entrenados en operaciones de búsqueda y rescate en un programa de preparación para afrontar los ciclones que suelen golpear la zona.
"Nuestro personal de primera línea nos ha informado de escenas horribles de devastación y desesperación. Uno de ellos me decía que había que imaginarse lo que era volver a perderlo todo cuando solo tres años antes habían sido obligados a abandonar sus hogares", comentó el portavoz del Programa Mundial de Alimentos, Thomson Piri.
El hacinamiento y la deficiencia de las instalaciones hacen que los campamentos de Cox's Bazar sean vulnerables a este tipo de incidentes.
Los campamentos son un amasijo de frágiles chozas de madera, de bambú y carpas de plástico.
A mediados de enero, un incendio dejó a unos 3.500 rohinyás sin hogar después de que las llamas redujeron a cenizas más de medio millar de chozas.
En un evento separado, Unicef, que también trabaja en la zona, denunció un incendio premeditado en cuatro colegios para rohinyás.
ACNUR ha empezado a preparar un plan para realojar lo más rápido posible a los damnificados y volver a emitirles documentos de identidad, perdidos en el incendio.